El blanqueo de capitales, una medida impulsada por el Gobierno para atraer dólares al sistema financiero formal, se ha topado con una barrera inesperada: la reticencia de los bancos a aceptar billetes en mal estado. A pesar de que el Banco Central (BCRA) se comprometió a cubrir los gastos de envío de estos billetes a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) para su canje, muchas entidades financieras ponen trabas a los clientes que intentan depositarlos, generando incertidumbre y frustración.
La discrepancia entre la teoría y la práctica
La Comunicación A 8079 del BCRA, emitida en agosto, buscaba incentivar el ingreso de dólares al sistema al asegurar a los bancos que no asumirían costos por el envío de billetes deteriorados a la Fed. Sin embargo, en la práctica, la realidad es diferente. Muchos bancos, tanto públicos como privados, rechazan billetes con manchas, roturas, escrituras o aquellos conocidos como “cara chica”, emitidos antes de 1996. Esta situación contradice el espíritu de la medida del BCRA y deja a muchos ciudadanos con dólares en mal estado sin poder participar del blanqueo.
Las razones detrás de la negativa de los bancos son varias. En primer lugar, si bien el BCRA cubre el costo del envío, el proceso de acondicionamiento de los billetes para que cumplan con los exigentes requisitos de la Fed recae sobre las entidades financieras. Este proceso implica clasificar, contar, fajar y embolsar cada billete de forma manual, utilizando insumos importados y con una capacidad limitada de procesamiento. Además, existe el riesgo de que la Fed rechace algunos billetes, lo que generaría pérdidas para el banco.
El temor al mercado informal
Otro factor que influye en la decisión de los bancos es la sospecha de que los dólares deteriorados provienen del mercado informal. La posibilidad de que las “cuevas” utilicen el blanqueo para “lavar” billetes en mal estado, obteniendo luego billetes nuevos del sistema financiero, genera desconfianza y temor a posibles sanciones. Este temor se acentúa en el caso de los depósitos en cajas de ahorro en dólares, donde el riesgo de que ingresen billetes del circuito informal es mayor.
La situación se complica aún más por la falta de claridad en la comunicación del BCRA. La entidad no ha especificado qué tipo de daños son aceptables ni ha garantizado que la Fed aceptará todos los billetes enviados. Esta ambigüedad deja a los bancos en una posición vulnerable, obligándolos a asumir un riesgo que no están dispuestos a correr.
Consecuencias para los ciudadanos y alternativas
Para los ciudadanos que desean participar del blanqueo, la situación actual genera incertidumbre y frustración. Muchos se ven obligados a recurrir a casas de cambio o al mercado informal, donde se les aplican descuentos o comisiones por el cambio de billetes deteriorados. Otros, directamente, quedan excluidos del blanqueo.
Ante la negativa de los bancos, una alternativa es enviar los billetes directamente a la Oficina de Grabado e Impresión de Estados Unidos en Washington D.C. para su canje. Sin embargo, este proceso es complejo, requiere tiempo y gastos de envío, y no está exento de riesgos.
La situación actual plantea un dilema para el Gobierno. Por un lado, necesita que el blanqueo sea exitoso para fortalecer las reservas y estabilizar la economía. Por otro lado, no puede obligar a los bancos a aceptar billetes en mal estado sin asumir las consecuencias financieras. La solución podría estar en una comunicación más clara del BCRA, que establezca criterios precisos para la aceptación de billetes y garantice a los bancos que no sufrirán pérdidas.
El blanqueo en números y la urgencia de una solución
A pesar de las trabas, el blanqueo ha logrado un importante incremento en los depósitos en dólares, superando los US$23.000 millones, un nivel no visto desde 2019. Sin embargo, el ritmo de crecimiento se ha desacelerado en las últimas semanas, en parte debido a las dificultades para depositar billetes en mal estado. La urgencia por encontrar una solución se acentúa a medida que se acerca el final de la primera etapa del blanqueo, la más beneficiosa en términos impositivos.
El éxito del blanqueo es crucial para la economía argentina. La incertidumbre generada por las trabas bancarias no solo afecta a los ciudadanos que desean regularizar sus activos, sino que también impacta en la confianza en el sistema financiero y en la capacidad del Gobierno para estabilizar la economía. Encontrar una solución que permita a todos los ciudadanos participar del blanqueo, sin perjudicar a los bancos, es un desafío urgente que requiere la colaboración de todos los actores involucrados.