En un hecho que ha conmocionado al país, un barrabrava de Boca Juniors, drogado y al volante de su camioneta, protagonizó un impactante episodio en el Hospital de Boulogne, partido de San Isidro. La escena, digna de una película de acción, terminó con la camioneta incrustada en la guardia del hospital, dejando una estela de destrucción y sembrando el pánico entre los pacientes y el personal médico.
El impactante video: destrucción y terror en segundos
El video, que ha circulado velozmente por las redes sociales, muestra con escalofriante precisión el momento en que la camioneta Volkswagen Amarok, conducida por Rubén Darío Mangoni (39), irrumpe a toda velocidad en la guardia del hospital. Como si se tratara de una escena de película de acción, el vehículo arrasa con todo a su paso, derribando puertas de vidrio, destrozando sillas y sembrando el pánico entre los pacientes que esperaban para ser atendidos. La falta de control y la irresponsabilidad del conductor son evidentes en las imágenes.
Testigos presenciales describen el horror vivido: “Fue cuestión de segundos. Vimos la camioneta venir a toda velocidad y en un instante todo se desmoronó. Las sillas volaron por los aires, las puertas se rompieron… fue un caos total”. Los gritos de miedo y la confusión se mezclaron con el estruendo del impacto, dejando una escena dantesca que solo la cámara de seguridad ha logrado registrar en todo su horror.
Increíblemente, no hubo heridos de gravedad, solo daños materiales, pero las consecuencias podrían haber sido mucho más devastadoras. De haber encontrado a algún paciente en el camino, la tragedia hubiera sido inevitable. La suerte, una vez más, evitó una desgracia mayor.
Mangoni: un barrabrava con antecedentes
Pero la historia no termina ahí. El protagonista de este episodio, Rubén Darío Mangoni, no es un desconocido para la justicia. Se trata de un reconocido barrabrava de Boca Juniors, con un historial delictivo que deja entrever una personalidad impulsiva y violenta. Las fuentes policiales confirmaron que Mangoni ya ha tenido varios encontronazos con la ley en el pasado, incluyendo condenas por robo agravado y estafas.
En sus redes sociales, Mangoni exhibe su fanatismo desenfrenado por Boca y, curiosamente, también presume de su camioneta, la misma con la que causó semejante destrozo en el hospital. Un verdadero acto de soberbia que resulta insultante para quienes deben soportar la violencia desencadenada por este individuo.
La fiscal Paula Hertrig, a cargo de la Fiscalía Descentralizada de Boulogne, no dudó en solicitar su detención, imputándolo por el delito de daño agravado. La justicia se ha movilizado rápidamente para llevar ante la ley a este individuo, evitando que la impunidad aliente nuevos actos de violencia. La audiencia indagatoria se llevó a cabo el martes, donde Mangoni se abstuvo de declarar. Se le realizaron análisis de sangre y orina para confirmar si estaba bajo los efectos de estupefacientes.
La escena de la camioneta destrozando la guardia del hospital refleja la impunidad que se vive en nuestro país. ¿Cuánto tiempo más debemos soportar esta clase de barbaries? ¿Hasta cuándo permitiremos que individuos como Mangoni actúen con total desprecio por las vidas y la propiedad de los demás?
Más allá del espectáculo mediático
Más allá del morbo que genera este episodio, es importante reflexionar sobre las causas que llevan a individuos como Mangoni a cometer estos actos de violencia desmedida. ¿Qué tipo de educación y valores se promueven en nuestro país para que este tipo de conductas sean posibles? La respuesta debe comenzar en casa, y avanzar hacia políticas públicas que generen un clima social más justo y equitativo.
Es crucial también cuestionar el poder que ejercen las barras bravas en los clubes deportivos, donde a menudo se encubren prácticas delictivas y se fomenta un clima de violencia e impunidad. ¿Cómo podemos romper el círculo vicioso de violencia y criminalidad que parecen estar tan arraigados en nuestra sociedad?
Este incidente no debe quedar como un simple caso aislado. Es una llamada de atención que debemos tomar en serio para construir una sociedad donde la violencia no tenga cabida, y donde las personas tengan la seguridad de poder ir a un hospital para ser atendidas sin arriesgar sus vidas.
Mientras tanto, Mangoni se encuentra detenido, a la espera de que la justicia actúe con la firmeza que exige este caso. La esperanza es que este lamentable episodio sirva como un ejemplo que prevenga futuras tragedias, y que el sistema judicial demuestre su capacidad para hacer cumplir las leyes con mano dura frente a estos tipos de delitos.