El Banco Nación, bajo la presidencia de Daniel Tillard, atraviesa un proceso de transformación significativo. Tillard, con una vasta experiencia en el sistema bancario, ha asumido el desafío de dirigir la entidad financiera más grande del país en un contexto marcado por la política económica del gobierno de Javier Milei, caracterizada por el déficit fiscal cero, la baja de inflación y la reactivación del crédito.
Del déficit a la expansión crediticia
Uno de los cambios más drásticos ha sido la modificación en el destino de los fondos del Banco Nación. Anteriormente, una gran parte de los depósitos se destinaban a financiar el déficit fiscal. Actualmente, con la política de déficit cero, estos fondos se han reconducido al crédito privado, impulsando un crecimiento significativo en préstamos a PyMEs y familias. Tillard asegura que el monto desembolsado a finales de octubre ya superaba los 12.500 millones de dólares, equivalentes a 80 millones de dólares diarios.
Esta expansión del crédito ha sido posible, según Tillard, gracias a la recuperación del peso y al crecimiento sostenido de los depósitos. Al dejar de prestar al Estado, el banco ha podido canalizar esos recursos hacia préstamos para empresas y PyMEs. Tillard recalca que, a su entender, casi no hay PyME que no tenga vínculo con el Banco Nación.
El blanqueo y el impulso hipotecario
El programa de blanqueo de capitales también ha tenido un impacto positivo en la entidad. El Banco Nación superó su objetivo de captar nuevos depósitos en dólares, alcanzando más de 25.000 cuentas, un impulso significativo en sus reservas. Esta nueva confianza y capital han sido claves en el lanzamiento de un ambicioso programa de créditos hipotecarios en todo el país, estimado en entre 4.000 y 5.000 millones de dólares.
Tillard anuncia la proyección de otorgar 40.000 hipotecas, con una tasa anual del 4,5% ajustada por UVA (Unidad de Valor Adquisitivo), con la posibilidad de cambiar este ajuste a 180 días por el coeficiente de variación salarial. La apuesta del Banco Nación es clara: convertirse en el principal motor del crédito hipotecario para las familias de clase media, con plazos extendidos (hasta 30 años) y cuotas que no superen el 25% de los ingresos del grupo familiar, considerando la opción de garantes.
El programa hipotecario busca suplir el vacio que dejó el Procrear, expandiendo la accesibilidad a viviendas propias para la clase media, estimulando la economía y el mercado inmobiliario, generando puestos de trabajo y un impacto positivo en la sociedad.
El Banco Nación en Córdoba: presencia estratégica
El Banco Nación cuenta con una presencia significativa en Córdoba, con cuatro sucursales zonales en Ciudad de Córdoba, Río Cuarto, Villa María y San Francisco. Tillard, conocedor del mercado cordobés gracias a su experiencia en el Banco de Córdoba, resalta la importancia estratégica de la provincia, con un sector productivo dinámico y empresarios con alto nivel. El banco tiene una cartera de préstamos al sector productivo de alrededor de mil millones de dólares, con especial foco en las pymes agroexportadoras, con una estrategia de crecimiento acorde al desarrollo de la región. Además, se observa el interés en explorar las oportunidades del sector ‘oil and gas’, donde las PyMEs juegan un rol importante en el suministro de servicios, señalando esta área como un desafío en curso.
El desafío de la privatización y la batalla contra las tasas municipales
La posible privatización del Banco Nación es un tema que Tillard aborda con cautela. Si bien no existe autorización legal del Congreso para abrir el capital, se avanza hacia su transformación en sociedad anónima de capital estatal, un paso previo que considera crucial. Respecto a la apertura al capital privado, se muestra optimista, con la idea de que se convierta en un banco del Estado, pero con cientos de miles de accionistas, aumentando su transparencia y facilitando la obtención de capital futuro para expansión, ante un sistema de créditos que considera actualmente insuficiente.
Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo del programa hipotecario y la política crediticia del Banco Nación son las tasas municipales y demás impuestos locales. Tillard critica la excesiva carga impositiva que, en algunos casos, supera el costo salarial de la sucursal del Banco Nación. La situación ha llegado al punto de plantear el cierre de algunas sucursales, como ya ha sucedido en el caso de General Deheza (actualmente judicializado), si no hay un acuerdo en bajar las tasas. Actualmente hay negociaciones en curso con numerosos municipios, basándose en jurisprudencia existente, que busca un punto de equilibrio entre la sostenibilidad de las instituciones municipales y la viabilidad de la expansión del crédito.
En conclusión, el Banco Nación, bajo la dirección de Daniel Tillard, está llevando a cabo una profunda transformación, impulsando el crédito y abriendo nuevas vías para el acceso a la vivienda. No obstante, persisten desafíos relacionados con la regulación, la alta carga impositiva local y la transición hacia un modelo más transparente de financiación.