El Banco Nación, bajo la presidencia de Daniel Tillard, se encuentra en el centro de una profunda transformación impulsada por las políticas económicas del gobierno de Javier Milei. Tillard, con una larga trayectoria en el sistema bancario argentino, ha asumido el desafío de liderar la institución financiera más grande del país en un contexto de déficit fiscal cero y bajo una promesa de inflación controlada. Esta gestión se centra en un cambio radical de enfoque, pasando de financiar el déficit del Estado a convertirse en un motor de crédito para el sector privado, en especial, para pymes y la clase media.
Del déficit fiscal a la abundancia de crédito
Uno de los cambios más significativos bajo la dirección de Tillard ha sido la drástica reducción de los préstamos al Estado. Según el propio Tillard, casi el 90% de los depósitos del Banco Nación se destinaban anteriormente a cubrir el déficit fiscal. Este cambio de rumbo ha liberado una gran cantidad de recursos, que ahora se canalizan en préstamos a pymes y familias. El impacto ha sido notable: a finales de octubre de 2024, se habían desembolsado el equivalente a 12.500 millones de dólares en préstamos, una cifra récord que se traduce en 80 millones de dólares diarios. Tillard asegura que hoy en día, es difícil encontrar alguna pyme en el país que no tenga vínculo con el Banco Nación.
Este incremento significativo en la oferta de crédito no se debe únicamente a la suspensión de los préstamos al Estado. El gobierno ha logrado cierta recuperación del peso argentino, y los depósitos están experimentando un crecimiento sostenido. Pero el factor clave reside en la redirección de los recursos. Lo que antes se usaba para financiar el déficit, ahora se transforma en préstamos al sector privado. La recuperación del peso y el aumento de la confianza en el gobierno son aspectos que, según Tillard, impulsan los depósitos, lo que a su vez facilita el crecimiento económico.
El blanqueo y el impulso hipotecario
El blanqueo de capitales también ha tenido un efecto positivo en las arcas del Banco Nación. Se superó ampliamente la meta de sumar 10.000 cuentas en dólares, llegando a más de 25.000 nuevas cuentas. Esto ha contribuido a fortalecer las reservas en dólares de la institución. Desde junio, el Banco Nación decidió incursionar en el sector hipotecario, un área que históricamente ha presentado desafíos en Argentina. Se lanzó un programa ambicioso de créditos hipotecarios con una proyección de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares, con el objetivo de otorgar 40.000 hipotecas. Tillard destaca que parte del dinero blanqueado se ha destinado a la compra de vivienda, lo que refleja la creciente confianza en el Gobierno y en la estabilidad económica.
Con el fin del programa Procrear, el Banco Nación se ha propuesto atender al mismo público objetivo: las familias de clase media que buscan adquirir su vivienda propia. Tillard confía en que la combinación de inflación controlada, menores tasas de interés y el aumento en la cantidad de depósitos conducirá a una expansión del crédito hipotecario en todo el sistema financiero.
Desafíos y controversias: la promesa incumplida y los impuestos locales
A pesar del optimismo de Tillard, la promesa de acceso al crédito hipotecario en Argentina es recurrente y muchas veces se ha quedado en el plano de la expectativa. La situación actual, con un crédito hipotecario que representa solo medio punto del PBI, pone de manifiesto el largo camino por recorrer. Sin embargo, las cifras presentadas por el Banco Nación son alentadoras: desde el lanzamiento en junio, se han recibido más de 50.000 solicitudes, y cerca de 10.000 han sido aprobadas. El programa ofrece créditos de hasta 30 años de plazo, con cuotas que no superan el 25% de los ingresos familiares, tasas del 4.5% anual y la posibilidad de cambiar el ajuste por UVA al coeficiente de variación salarial.
Uno de los mayores obstáculos que el Banco Nación enfrenta es el alto nivel de impuestos locales, que aumentan significativamente el costo final de los préstamos, en especial los hipotecarios. Tillard indica que existen alrededor de 50 ciudades en el país en las que los impuestos municipales igualan o superan los costos salariales de la sucursal, convirtiendo la operación en inviable. El conflicto con algunos municipios ha llegado incluso al cierre de sucursales, como sucedió en General Deheza, aunque la situación está en proceso de resolución judicial.
Tillard sostiene que el alto costo de estos impuestos locales es una barrera para el acceso al crédito y un obstáculo para el desarrollo de políticas públicas como el plan de créditos hipotecarios. El gobierno está trabajando para regular la situación, buscando la colaboración de todas las partes, con el fin de facilitar el acceso a la vivienda. En algunos casos la tasa municipal es incluso superior al salario de los empleados, generando una situación insostenible para el banco.
El futuro del Banco Nación y el crédito hipotecario
El Banco Nación está experimentando una importante transformación en su estructura, pasando a ser una sociedad anónima de capital estatal. Tillard considera que esta transición es fundamental para afrontar los desafíos del crecimiento y modernización del sector financiero en el contexto de la revolución FinTech. Aunque no hay autorización para abrir el capital del banco, el objetivo es atraer más inversionistas, mejorar su transparencia y preparar el camino para una eventual apertura de su capital al público. En el futuro se podría buscar una apertura gradual de su capital privado, con un objetivo de llegar a 500.000 accionistas.
El éxito del plan de créditos hipotecarios y la transformación del Banco Nación dependen de varios factores, incluyendo la efectividad de las políticas económicas del gobierno en controlar la inflación y promover el crecimiento económico. Si bien los desafíos son significativos, la gestión de Daniel Tillard ha mostrado una clara apuesta por un cambio de rumbo en la institución financiera estatal, volcándose a ser un motor clave para el sector privado y apuntando a una revolución en el acceso al crédito hipotecario para la clase media argentina.
El análisis de las políticas crediticias del Banco Nación bajo la gestión de Daniel Tillard muestra un intento audaz de redefinir el rol de una institución financiera estatal dentro de una economía que busca romper con viejas estructuras. El camino hacia la estabilidad financiera, el control de la inflación y el acceso amplio al crédito hipotecario es complejo, lleno de retos y controversias. El resultado a largo plazo dependerá, no solo de las políticas del Banco Nación, sino también del éxito del gobierno en el ámbito económico general y la colaboración entre los diferentes sectores del Estado, incluyendo municipios y provincias.