El 16 de diciembre de 2023, una fuerte tormenta azotó Bahía Blanca, dejando un saldo trágico de víctimas fatales y cuantiosos daños materiales. Este evento puso de manifiesto la vulnerabilidad de la ciudad ante eventos climáticos extremos y reabrió el debate sobre el rol del Estado en la prevención y gestión de emergencias.
La tragedia en Bahía Blanca: una ciudad devastada
La tormenta que azotó Bahía Blanca el 16 de diciembre de 2023 provocó la caída de árboles, postes de luz y techos, dejando a la ciudad sumida en el caos. Familias perdieron sus hogares y pertenencias, y la infraestructura urbana sufrió graves daños. Los relatos de los vecinos describen escenas de pánico y desolación.
“Perdimos todo, pero lo más importante es que estamos vivos. Ahora tenemos que empezar de cero, pero no nos vamos a rendir” – Testimonio de un vecino afectado por la tormenta.
El desfinanciamiento de la Dirección Nacional de Emergencias
Días antes de la tormenta, el Ministerio de Capital Humano disolvió la Dirección Nacional de Emergencias (DNE), despidiendo a 485 empleados. Esta decisión generó controversia y críticas, ya que la DNE era el organismo encargado de coordinar la respuesta del Estado ante situaciones de emergencia.
La Dirección Nacional de Emergencias, antes de su disolución, tenía como función principal coordinar la asistencia a las provincias en caso de desastres naturales o emergencias complejas. Contaba con un presupuesto anual de X millones de pesos y atendía un promedio de Y emergencias al año. Su disolución dejó un vacío en la capacidad de respuesta del Estado ante este tipo de situaciones.
Recortes presupuestarios en obras de adaptación climática
Según un informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), el gobierno nacional recortó drásticamente el presupuesto destinado a obras de adaptación a extremos climáticos. En particular, la ejecución del proyecto “Apoyo para la Expansión de Obras de Adaptación a Extremos Climáticos” cayó un 99,96% en términos reales. Esta reducción de fondos compromete la capacidad de las ciudades para hacer frente a eventos climáticos cada vez más frecuentes e intensos.
La respuesta del gobierno nacional: entre la asistencia y la controversia
Ante la magnitud de la tragedia, el gobierno nacional anunció el envío de 10 mil millones de pesos a la provincia de Buenos Aires para ayudar a los damnificados y reconstruir la ciudad. Sin embargo, el intendente de Bahía Blanca considera que son necesarios 400 mil millones de pesos para hacer frente a la reconstrucción. Esta diferencia de criterios generó tensiones entre el gobierno nacional y las autoridades locales.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se trasladó a Bahía Blanca para coordinar la asistencia y supervisar el funcionamiento del “sistema de alertas”. Sin embargo, su presencia no logró calmar las críticas de quienes denuncian la falta de planificación y prevención por parte del Estado.
“El Estado no debe hacerse cargo de las obras, sino los privados. Hay que separar el tema de la tragedia de la obra pública” – Guillermo Francos, jefe de Gabinete.
La solidaridad del pueblo bahiense: un ejemplo de resiliencia
A pesar de la desolación, el pueblo de Bahía Blanca demostró una vez más su espíritu solidario. Vecinos, organizaciones sociales y voluntarios se movilizaron para ayudar a los damnificados, recolectar donaciones y remover escombros. Este ejemplo de resiliencia es un faro de esperanza en medio de la tragedia.
Organizaciones como Cáritas y la Cruz Roja Argentina están trabajando en la zona para brindar asistencia humanitaria y apoyo psicosocial a las familias afectadas. Además, se han organizado colectas de alimentos, ropa y artículos de higiene personal para ayudar a cubrir las necesidades básicas de los damnificados.
Un llamado a la acción
La tragedia de Bahía Blanca nos interpela como sociedad y nos exige respuestas. Es fundamental que el Estado asuma su responsabilidad en la prevención y gestión de riesgos, destinando recursos suficientes para obras de infraestructura y fortaleciendo los organismos encargados de atender las emergencias. Pero también es necesario que cada uno de nosotros haga su parte, colaborando con las iniciativas de ayuda a Bahía Blanca y exigiendo a nuestros representantes políticos que tomen medidas para evitar que este tipo de tragedias se repitan.
Para colaborar con los damnificados de Bahía Blanca, puedes donar a través de las siguientes organizaciones: [enlace a página de donaciones] o firmar la petición exigiendo al gobierno nacional que declare la emergencia nacional y destine fondos suficientes para la reconstrucción de la ciudad: [enlace a petición].