¿Qué hace a un héroe? En Bahía Blanca, la respuesta tiene nombre y apellido: Rubén Zalazar. Este chofer de Andreani no dudó en ofrecer su camioneta como refugio a una familia atrapada por la inundación. En la noche más oscura, Rubén se convirtió en un faro de esperanza. Pero, ¿qué esperanza le queda a una comunidad golpeada, cuando el río de la tragedia se lleva dos vidas?
Las aguas alcanzaron el Gol Trend donde viajaban Marina Haag y sus dos pequeñas hijas, Delfina, de apenas 1 año, y Pilar, de 5. En ese instante, la camioneta de Rubén se convirtió en su única posibilidad de salvación. Un ángel anónimo en medio del caos.
Pero la furia del agua no dio tregua. Una corriente impetuosa arrastró a las tres, separándolas en la inmensidad de la noche. Marina logró aferrarse a la vida, pero sus hijas, Delfina y Pilar, se perdieron en la vorágine. En la búsqueda incansable, los rescatistas, impulsados por el dolor de una comunidad y el heroísmo de Rubén Zalazar, continúan su labor incansable, aferrándose a la posibilidad de un milagro.
El río de dolor: la noche del desastre
Bahía Blanca, una ciudad golpeada por la furia de un temporal implacable, se aferra a la esperanza mientras la búsqueda de Delfina y Pilar Hecker continúa sin descanso. La tragedia se desató el pasado viernes, cuando la familia Hecker intentaba escapar de las inundaciones que azotaban la región.
Presa del pánico y la incertidumbre, la familia Hecker decidió abandonar su hogar en busca de un refugio seguro. Tomaron la Ruta 3, con la esperanza de encontrar asilo en la casa de unos familiares en la localidad de Mayor Buratovich. Pero las aguas, implacables, les tenían reservada una cruel jugada.
Las aguas alcanzaron el Gol Trend en el que viajaban cerca de General Cerri. En un instante, el vehículo se convirtió en una trampa mortal. Marina Haag, con sus dos pequeñas, intentó desesperadamente alcanzar la camioneta que conducía Rubén Zalazar.
Al papá de las nenas lo vieron otros camioneros cuando corría, semidesnudo entre el agua y por la banquina, pidiendo ayuda y gritando ´las nenas, las nenas´. Un grito desgarrador que se pierde en el tiempo, un eco de la desesperación de un padre que lo ha perdido todo.
Así relató Silvio Madarieta, un camionero testigo de la escena, la desesperación del padre de las niñas.
Rubén Zalazar: Un legado de valentía
¿Qué lleva a un hombre a arriesgar su vida por otros? Rubén, oriundo de Viedma, se encontraba en Bahía Blanca por motivos laborales. Ante la desesperación de la familia Hecker, no dudó, ofreció su camioneta, convirtiéndose en su ángel guardián. Su memoria, una llama titilante en la noche oscura de la desesperación.
El ministro Alonso relató: ‘Cuando se detiene la camioneta se empieza a llenar de agua, ellos se suben arriba del capot y del techo la nena grande con el muchacho y la bebé con la señora, pero vino otra corriente que las sumergió y las arrastra unos mil metros. En ese contexto se separa de sus hijas’. Un testimonio escalofriante que revela la magnitud de la tragedia.
Rubén, con la pequeña Delfina en sus brazos, luchó contra la corriente, pero la fuerza de la naturaleza fue implacable. Su cuerpo fue encontrado el domingo, a pocos metros de donde se hallaba la camioneta. Su sacrificio, sin embargo, no será en vano. Su memoria perdurará como un ejemplo de valentía y entrega.
Su pareja, en medio del dolor, inició una búsqueda desesperada a través de las redes sociales: ‘Estaba varado en la Ford Transit roja cuando estaba por volver hacia la ciudad rionegrina’. Un grito de auxilio que se unió al clamor de toda una comunidad.
La búsqueda incansable: Una comunidad aferrada a la esperanza
Desde el momento de la tragedia, un equipo multidisciplinario de rescatistas, bomberos y voluntarios se ha desplegado en la zona de General Cerri, rastrillando cada rincón con la esperanza de encontrar a las pequeñas Delfina y Pilar.
La búsqueda se ha tornado extremadamente difícil debido a las condiciones climáticas adversas y la geografía del terreno. Las aguas turbias, la presencia de cangrejales y áreas pantanosas dificultan la visibilidad y el acceso a la zona.
Vino más agua con más fuerza y los arrastró a todos
Relató conmovida Noelia Haag, la tía de las niñas. Un testimonio desgarrador que revela la brutalidad de la naturaleza y la fragilidad de la vida.
Marina Haag, la madre de Delfina y Pilar, logró sobrevivir a la tragedia, pero su alma ha quedado marcada para siempre. Su relato estremece: ‘Un muchacho de Andreani con una camioneta se ofreció a llevarlas a las tres, pero cuando hicieron unos metros una corriente de agua arrastró la camioneta unos 350 metros y se empezó a llenar de agua’.
Marina logró salir con vida, tras avanzar unos 1200 metros, pero sus hijas, sus pequeñas, se perdieron en la inmensidad de la corriente. Un dolor indescriptible, una herida que no cerrará jamás.
Bahía Blanca: Un faro de solidaridad
La tragedia ha conmovido a toda la comunidad de Bahía Blanca. Vecinos, amigos y desconocidos se han unido en una cadena de solidaridad para brindar apoyo a los padres de las pequeñas y colaborar en la búsqueda. Las redes sociales se han convertido en un canal de comunicación y apoyo, donde se comparten mensajes de aliento, información útil y convocatorias para colaborar en las tareas de búsqueda.
La comunidad bahiense, golpeada por el dolor y la incertidumbre, se aferra a la esperanza y se une en un abrazo fraterno para sobrellevar este difícil momento. Un ejemplo de resiliencia y solidaridad que ilumina la oscuridad de la tragedia.
Mientras la búsqueda continúa, los corazones de todos se unen en una plegaria silenciosa, esperando el milagro que devuelva la alegría a la familia Hecker y la paz a Bahía Blanca. Comparte esta historia para honrar la memoria de Rubén Zalazar y dona a las organizaciones que apoyan a las familias afectadas por el temporal. #BahiaBlanca #Tragedia #Heroismo #Busqueda