La siembra de soja en la región núcleo de Argentina avanza a un ritmo acelerado, superando las expectativas iniciales. Según el último reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en la última semana se implantaron 1,6 millones de hectáreas, elevando el total sembrado a 2,5 millones. Sin embargo, este avance récord no está exento de desafíos.
Récord en la siembra, pero con desafíos
Si bien el ritmo de siembra es positivo, hay que tener en cuenta los factores que están dificultando el proceso. La principal preocupación es la calidad de la semilla. En muchos casos, el poder germinativo está muy por debajo del ideal, lo que obliga a los productores a tomar mayores recaudos y a aumentar la densidad de siembra para compensar las bajas tasas de emergencia.
La combinación de fuertes vientos y la rápida desecación del suelo agrava la situación, haciendo que la germinación sea irregular y aumentando la incertidumbre en el rendimiento. La búsqueda de optimizar las condiciones de humedad para la siembra se está tornando compleja, creando un desafío adicional para los agricultores.
Situación regional: El sudeste cordobés lidera el avance
Al presente, se ha sembrado el 60% del área de intención de soja de primera (45% sobre la superficie total de soja). El sudeste cordobés lidera el avance con un notable 75% de siembra completada. En el norte de la región núcleo, el porcentaje se ubica en 65%.
Sin embargo, la situación varía según las zonas. En Marcos Juárez se han registrado problemas de germinación, a pesar de que se tomó la precaución de elevar la cantidad de granos por metro. Incluso la semilla fiscalizada presenta poderes germinativos entre 70% y 80%, lo cual es preocupante para el sector.
Inconvenientes en diferentes localidades
En Cañada de Gómez, la emergencia es dispar en los lotes con semilla de menor vigor, generando incertidumbre entre los productores. La falta de confiabilidad en la semilla, incluso en la fiscalizada, es una preocupación generalizada.
En Corral de Bustos, la situación es similar. Se observan buenos resultados solamente en los lotes sembrados con semillas de poder germinativo superior al 85% y tratamientos específicos de curasemillas. La rápida desecación superficial de los primeros centímetros de suelo ha obligado a detener las labores de siembra en algunas zonas por falta de humedad.
La cosecha de trigo: Un panorama alentador
A diferencia de la siembra de soja, la cosecha de trigo presenta un panorama más optimista. Hasta el momento, se ha cosechado el 5% del trigo regional, y los primeros rindes sorprenden para bien. Se registran aproximadamente 65.000 hectáreas cosechadas, mostrando rendimientos en algunos casos superiores a los esperados.
El avance se ve impulsado por el centro-sur santafesino, donde el progreso llega al 15%. Se espera una generalización de la cosecha en el resto de la región a partir de la semana que viene. En Cañada de Gómez, se trilló el 20% de los lotes con rendimientos promedio entre 35 y 50 qq/ha dependiendo de la zona y las precipitaciones.
En Carlos Pellegrini, el 10% cosechado promedia 35 qq/ha, 5 quintales más que las estimaciones iniciales, en tanto que en Centeno recién comienza y los rendimientos estimados varían entre 25 y 45 qq/ha. A pesar de un comienzo menos dinámico que el año pasado, cuando al mismo tiempo se había cosechado el 10% de los lotes, el sector muestra optimismo en las zonas donde se registra mayor humedad.
Perspectivas futuras: La clave está en el clima
Tanto para la siembra de soja como para la cosecha de trigo, el clima juega un papel fundamental. Se necesitan lluvias para mejorar las condiciones de germinación en la soja y asegurar mayores rendimientos en el trigo. En zonas donde la falta de humedad superficial ha detenido las labores de siembra, el optimismo reside en que las capas inferiores se mantienen con un buen perfil hídrico.
La incertidumbre respecto a la calidad de la semilla de soja y la necesidad de optimizar la densidad de siembra se mantienen. Si las condiciones climáticas acompañan, las perspectivas para la producción regional continuarán siendo buenas. Sin embargo, la falta de lluvias podría comprometer el potencial productivo de la cosecha.
El monitoreo constante y la toma de decisiones adaptadas a las condiciones del suelo serán claves para los próximos meses. La región núcleo necesitará el apoyo del clima para que estos avances se traduzcan en cosechas exitosas. Este monitoreo continuo nos permitirá realizar una actualización constante de la situación en las próximas semanas.