El caso de Luz Milagros Mendoza Del Valle, una niña de 3 años brutalmente asesinada en Rafael Castillo, es un grito desgarrador que exige ser escuchado. Su historia no es un caso aislado, sino el resultado trágico de un sistema de protección infantil fallido. La Justicia de Lomas de Zamora ignoró las señales de alarma, sellando el destino de Luz. Este artículo revela cómo la negligencia y la inacción de las autoridades la condenaron a una muerte que pudo evitarse. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta historia? ¿Cuántas Luces más deben perderse antes de que actuemos?
La Denuncia Ignorada: El Comienzo del Fin
El 7 de noviembre de 2024, Celina, la abuela de Luz, se presentó ante la Justicia de Lomas de Zamora, impulsada por el presentimiento de una tragedia inminente. Llevaba meses sin ver a su nieta y las noticias que recibía la llenaban de terror: Luz estaba siendo víctima de maltrato infantil. Una amiga de la madre le envió una foto de la pequeña con “moretones visibles en la nalga”. La propia Luz le confesó entre lágrimas que su padrastro la golpeaba. Desesperada, Celina rogó a las autoridades que le concedieran la custodia, que dictaran una orden de alejamiento contra Susana Del Valle Cuba, la madre, y Alex Sanabria, el padrastro. Suplicó que cesara el hostigamiento. ¿La respuesta? Un frío “espere el llamado de Fiscalía” y la indicación de dirigirse al Juzgado de Familia. Ninguna medida de protección urgente fue tomada. Ninguna mano se extendió para salvar a Luz.
“Tengo miedo de que le pase algo a mi nieta porque la madre también le pega”, declaró Celina, con la voz quebrada por la angustia. Sus palabras, llenas de desesperación, fueron ignoradas.
138 días después, Luz Milagros ingresaba al Hospital “Simplemente Evita” sin vida. Su frágil cuerpo presentaba múltiples lesiones: golpes en la cabeza, brazos, espalda y piernas, infligidos con cables y otros objetos contundentes. La pesadilla que Celina había vislumbrado se había materializado. La inacción burocrática se convirtió en una sentencia de muerte para Luz.
El Laberinto Burocrático: La Burocracia Asesina
El caso de Luz Milagros expone las profundas fallas del sistema de protección infantil en Argentina. La denuncia de Celina, lejos de activar una respuesta inmediata, se extravió en un dédalo de trámites que priorizó los formalismos sobre la urgencia de proteger a una niña en situación de riesgo. La comunicación a Niñez de Lomas de Zamora y la instrucción de “esperar el llamado de Fiscalía” revelan una alarmante falta de coordinación y protocolos claros. ¿Qué leyes se incumplieron? ¿Qué normas se pasaron por alto? ¿Quién debe rendir cuentas por esta negligencia criminal?
Esta respuesta tardía no solo permitió que la violencia escalara, sino que le arrebató a Luz la oportunidad de escapar del infierno en el que vivía. La falta de recursos y la burocracia no pueden servir como excusa para justificar la inacción. Es imperativo revisar y fortalecer los mecanismos de protección de la infancia, garantizando una respuesta ágil y eficaz ante las denuncias de maltrato. Necesitamos un sistema que proteja a los niños, no que los abandone a su suerte.
La voz de los expertos
Abogados de familia, psicólogos infantiles y trabajadores sociales coinciden: el caso de Luz es un espejo de una problemática extendida y silenciada. La falta de recursos, la burocracia y la falta de capacitación del personal son factores que contribuyen a la desprotección de los niños. Es necesario invertir en políticas públicas que prioricen la infancia y garanticen el acceso a la justicia y a la protección social.
El Silencio Cómplice: Una Sociedad Indiferente
Pero la responsabilidad no recae solo en las autoridades. Como sociedad, también somos cómplices de esta tragedia. ¿Cuántas veces hemos escuchado gritos, visto moretones o sospechado de situaciones de violencia infantil y hemos preferido mirar hacia otro lado? El silencio y la indiferencia son el terreno fértil donde crece el maltrato. Es hora de romper el silencio, de denunciar cualquier sospecha de violencia y de involucrarnos activamente en la protección de los niños. No podemos permitir que el miedo nos paralice.
Denunciar el maltrato infantil no es solo un deber legal, sino un imperativo moral. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de crear un entorno seguro y protector para los niños, donde puedan crecer libres de violencia y miedo. No seamos cómplices del silencio. Alcemos la voz por los que no pueden.
Más Allá de Luz: Un Futuro en Peligro
La tragedia de Luz no termina con su muerte. Su hermana de 7 años, también víctima de la violencia, permanece internada, luchando por recuperarse de las heridas físicas y emocionales. ¿Qué futuro le espera a esta niña? ¿Quién se hará cargo de su cuidado? ¿Qué medidas se tomarán para garantizar su seguridad y su bienestar? La historia de Luz nos recuerda que detrás de cada caso de maltrato infantil hay múltiples víctimas: hermanos, familiares, amigos, una comunidad entera.
Es fundamental brindar a la hermana de Luz el apoyo psicológico y social que necesita para superar el trauma y reconstruir su vida. Además, es crucial investigar a fondo el entorno familiar y determinar si existen otros factores de riesgo. La protección de los niños debe ser una prioridad absoluta, y no podemos permitir que ninguna otra víctima sea olvidada.
Justicia para Luz: Un Llamado a la Acción Urgente
La muerte de Luz Milagros no puede quedar impune. Exigimos una investigación exhaustiva y transparente para determinar las responsabilidades de todos los involucrados en esta tragedia, desde los agresores directos hasta las autoridades que no actuaron a tiempo para protegerla. Es fundamental que se haga justicia para Luz, para que su muerte no sea en vano y para que sirva de advertencia a aquellos que creen que pueden maltratar a los niños sin consecuencias. Pero la justicia no es suficiente. Necesitamos políticas públicas integrales para prevenir la violencia infantil, fortalecer los mecanismos de protección y garantizar el bienestar de todos los niños. La muerte de Luz debe marcar un antes y un después en la lucha contra el maltrato infantil. Su sangre debe ser el germen de un cambio profundo y duradero.
Hoy, el nombre de Luz Milagros Mendoza Del Valle resuena con fuerza en cada rincón de Argentina. Su historia ha despertado la indignación y la furia de miles de personas que exigen justicia y claman por un cambio. Unámonos en este grito colectivo. No permitamos que su muerte sea en vano. Luchemos por un mundo donde ningún niño tenga que sufrir la violencia y el maltrato. Que la luz de Luz ilumine nuestro camino hacia un futuro mejor.
¿Qué podemos hacer?
- Firma peticiones online que exijan justicia para Luz y reformas en el sistema de protección infantil.
- Dona a organizaciones que brinden ayuda a niños en riesgo.
- Denuncia cualquier sospecha de maltrato infantil: llama al 102.
- Involúcrate en programas de voluntariado que apoyen a familias vulnerables.