¡Indignante! El arquero estrella de Independiente, Rodrigo Rey, está viviendo un infierno fuera de las canchas. ¿La razón? La escuela elitista a la que asisten sus hijos, el Instituto José Manuel Estrada de City Bell, ¡le ha negado la matrícula para el 2025! Y no se trata de malas notas, ni de problemas de conducta. Se trata de una vil represalia por haberse atrevido a alzar la voz contra la discriminación que sufrió su hijo Benicio, de 8 años, diagnosticado con autismo.
Parece que en este país, exigir los derechos de un niño con necesidades especiales es un pecado capital. Rodrigo y su esposa, María Laura, cometieron la osadía de pedir un “espacio de calma” para Benicio, una necesidad básica para cualquier niño con TEA. ¿La respuesta del colegio? Una colchoneta tirada en el piso, como si se tratara de un perro. ¡Una vergüenza!
La mafia del silencio en las escuelas privadas
Este caso no es aislado. Revela la podredumbre de un sistema educativo que se dice inclusivo, pero que en realidad excluye a los más vulnerables. ¿Cuántos Benicios más estarán sufriendo en silencio, abandonados por instituciones que solo les importa el dinero? El Instituto José Manuel Estrada se ha convertido en el símbolo de la hipocresía y la discriminación en la educación.
Pero la cosa no queda ahí. La negativa a matricular a los hijos de Rey no es solo un acto de discriminación, sino también una amenaza. Un mensaje claro para cualquier padre que se atreva a cuestionar el sistema: “Cállese la boca o sus hijos pagarán las consecuencias”. ¿En qué clase de sociedad vivimos, donde se castiga a los niños por los reclamos de sus padres?
La abogada de la familia Rey, Carla Junqueira, lo ha dicho con todas las letras: “No tenemos ninguna duda de que esta decisión es una represalia”. Y es que las pruebas son contundentes. La escuela no ha dado ninguna explicación coherente para su decisión, más allá de vagas acusaciones de “falta de confianza” en el sistema educativo. ¡Patrañas! Lo que no quieren es que se sepa la verdad: que son una escuela que discrimina y que no está preparada para atender las necesidades de los niños con TEA.
Rodrigo Rey, un gladiador dentro y fuera de la cancha
Afortunadamente, Rodrigo Rey no es de los que se amedrentan. El mismo coraje que demuestra en el arco de Independiente lo está aplicando en esta lucha por la justicia. En un emotivo descargo en redes sociales, el arquero expresó su indignación y su determinación a no bajar los brazos: “Estamos rotos, pero no nos rendimos. Hay que juntar los pedacitos, pegarlos rápido y estar fuerte para seguir dando pelea”. ¡Un ejemplo para todos!
Rey y su familia han iniciado acciones legales contra el colegio, pero la justicia es lenta y a veces ciega. Mientras tanto, Benicio y su hermana Renata enfrentan un futuro incierto. ¿Dónde estudiarán el próximo año? ¿Cómo les afectará este trauma en su desarrollo emocional? La responsabilidad recae en el Instituto José Manuel Estrada y en las autoridades educativas que permiten que estas aberraciones ocurran.
El autismo no es un delito, la discriminación sí
Es hora de que la sociedad argentina despierte y diga basta a la discriminación contra las personas con discapacidad. El autismo no es una enfermedad, es una condición. Los niños con TEA tienen derecho a la educación, a la inclusión y al respeto, como cualquier otro niño. No podemos permitir que las escuelas se conviertan en centros de exclusión y segregación.
El caso de Benicio Rey es un llamado a la acción. Debemos exigir que las escuelas cumplan con la ley y garanticen la inclusión de todos los niños, sin importar sus diferencias. La educación no es un privilegio, es un derecho. Y es nuestra obligación como sociedad defenderlo con uñas y dientes.
La lucha de Rodrigo Rey es la lucha de todos los padres que tienen hijos con necesidades especiales. Es la lucha por un futuro más justo e inclusivo para todos. ¡No podemos quedarnos callados! ¡Justicia para Benicio!
Apoyemos a Rodrigo Rey y a su familia en esta batalla. Compartamos su historia, hagamos ruido, que se sepa la verdad. La discriminación no puede quedar impune. ¡Basta de escuelas que excluyen, basta de colegios que discriminan!