En Argentina, mientras el precio internacional del petróleo se desploma, llenar el tanque se ha vuelto un lujo. Las familias argentinas ven cómo el 40% de sus ingresos se esfuma solo para poder movilizarse. ¿La razón? Una desconexión entre el mercado global y el surtidor local, donde las grandes petroleras parecen ser las únicas beneficiadas.
Argentina: ¿Por qué el combustible sube si el petróleo baja?
Este artículo desentraña las causas detrás de esta paradoja, exponiendo cómo las políticas energéticas y la falta de regulación impactan directamente en tu bolsillo.
El impacto directo en tu economía
En ciudades como La Plata, cada aumento de la nafta se siente como un mazazo. El costo de ir a trabajar, llevar a los hijos a la escuela o visitar a un familiar se dispara, limitando tus opciones y generando una profunda frustración. Juan, un remisero de la zona, nos cuenta: ‘Antes hacía 15 viajes por día, ahora apenas llego a 8. La gente no puede pagar’. Este testimonio refleja la cruda realidad que enfrentan miles de argentinos.
La promesa incumplida: Petróleo en baja, nafta en alza
En septiembre de 2024, Horacio Marín, el presidente de YPF, insinuaba un respiro para los consumidores: ‘Si baja el petróleo, los usuarios no tienen que subsidiar a YPF’. El barril de Brent rondaba los USD 75. Hoy, con el Brent por debajo de los USD 60, el litro de nafta ha escalado un 20%, pasando de $990 a $1190. ¿Dónde quedó la promesa? ¿Quiénes se benefician silenciosamente de esta distorsión?
La justificación oficial, un ‘promedio mensual’ que evita trasladar la volatilidad al surtidor, suena hueca. No hay señales de alivio, solo un goteo constante que erosiona tu poder adquisitivo.
El doble discurso de la paridad de exportación
Durante los años del kirchnerismo, las empresas exigían la ‘paridad de exportación’, la libertad de vender en el mercado interno al mismo precio que en el externo. Se quejaban de que el gobierno subsidiaba a los consumidores a costa de sus ganancias. Con la llegada de Javier Milei, esa lógica se impuso, las exportaciones de combustibles batieron récords, alcanzando los USD 1.757 millones en los primeros dos meses del año, según datos de la Secretaría de Energía.
Pero ahora, con el petróleo en baja, ¿dónde está la tan invocada paridad? Un exfuncionario del área energética lo resume: ‘Piden paridad solo cuando les conviene. Cuando el crudo está caro, exigen precios internacionales. Pero cuando baja, nunca trasladan ese beneficio al consumidor’. La lógica empresarial: ganancias privadas, costos sociales.
¿Modernización o flexibilización laboral?
El Gobierno avanza con el autodespacho de combustible (Resolución 147/2025), habilitando un régimen voluntario para que las estaciones ofrezcan carga sin personal. Se argumenta reducción de costos, mayor autonomía y agilización del servicio.
Si bien el sistema ya funciona en otros países, es imposible ignorar el trasfondo de flexibilización laboral que implica. ¿Cuántos puestos de trabajo se perderán si se generaliza el autodespacho? ¿Cómo se protegerá la seguridad y calidad del servicio sin personal capacitado? Estas preguntas abren un debate sobre el futuro del empleo en el sector.
“La falta de una política energética que priorice el mercado interno y proteja a los consumidores agrava el problema.”
¿Quién se beneficia realmente?
Las grandes petroleras, que maximizan sus ganancias a costa de tu bolsillo y de la estabilidad económica del país. La falta de control estatal y la ausencia de una política energética que priorice el interés público permiten que esta danza de intereses continúe impunemente. Es hora de alzar la voz y exigir un cambio de rumbo.
La solución está en tus manos
El combustible caro es una consecuencia de políticas que priorizan las ganancias de las empresas por encima de tu bienestar. Exijamos transparencia en la fijación de precios y una política energética que proteja nuestros intereses.
Firma esta petición, contacta a tus legisladores y exige transparencia y regulación en el precio del combustible. No podemos seguir siendo rehenes de las decisiones de unos pocos que se benefician a costa de todos. El futuro de nuestro país depende de ello.