Argentina se encuentra inmersa en un debate nacional a raíz de la remoción de imágenes de figuras políticas del peronismo de espacios públicos. Esta medida, impulsada por el nuevo gobierno de Javier Milei, ha generado fuertes reacciones a favor y en contra, dividiendo la opinión pública y alimentando una discusión sobre la neutralidad política en los espacios gubernamentales y la memoria histórica.
El inicio de la “deskirchnerización”
La polémica comenzó con la decisión de retirar un busto del expresidente Néstor Kirchner de las oficinas de la ANSES en Buenos Aires. Esta acción, rápidamente calificada como “deskirchnerización” por los medios y la oposición, no se limitó al busto. Simultáneamente, se procedió a remover pósters y otras representaciones de Eva Perón, generando una mayor controversia.
El Ministerio de Capital Humano, bajo la dirección de Sandra Pettovello, justificó la iniciativa como un “proceso de reordenamiento de espacios públicos sin imágenes político partidarias”, buscando así la neutralidad en las dependencias gubernamentales. Pettovello, a través de un video difundido en redes sociales, documentó la remoción de las imágenes de Evita, acompañada de la frase: “Los edificios públicos son de todos los argentinos”.
Reacciones encontradas
Las reacciones al operativo de remoción fueron inmediatas y divididas. Mientras que algunos sectores celebraron la medida, argumentando la necesidad de una representación políticamente neutral en el espacio público y criticando la concentración de símbolos del kirchnerismo en los edificios oficiales, otros la denunciaron como un acto de borrado de la memoria histórica y un intento de silenciar figuras relevantes del peronismo.
El Sindicato de Trabajadores de la ANSES (SECASFPI) calificó al gobierno de “nueva Revolución Libertadora”, recordando la dictadura militar de 1955 que derrocó a Juan Domingo Perón. El sindicato emitió un comunicado criticando duramente la iniciativa, definiéndola como un “desmantelamiento sistemático de la memoria histórica y las conquistas populares”.
Argumentos a favor y en contra
Los partidarios de la remoción de las imágenes argumentan que los edificios públicos deben representar a todos los argentinos, sin favorecer a ningún partido político o ideología en particular. Señalan que la presencia excesiva de imágenes de líderes políticos puede crear una atmósfera de parcialidad e incluso generar un clima de discriminación contra quienes no comparten esa misma ideología. También argumentan que la neutralidad es fundamental para asegurar la igualdad y transparencia en la administración pública.
Por el contrario, quienes critican la medida afirman que se trata de un ataque a la memoria histórica del país. Argumentan que las figuras de Perón y Kirchner representan un legado político, social y cultural importante, y su remoción pretende silenciar esa historia y a quienes se identifican con ese legado. Señalan que la decisión obedece a una perspectiva ideológica del actual gobierno, y tiene por objetivo un claro intento de borrar del mapa la identidad de un sector importante de la población.
Más allá de Evita y Kirchner: un proceso sistemático
Las acciones no se han limitado a la remoción de imágenes de Evita y Kirchner. El cambio de nombre del Centro Cultural Néstor Kirchner a Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento es un ejemplo destacado de este proceso. De manera similar, la remoción de una placa conmemorativa con funcionarios del kirchnerismo del mismo centro cultural y la retirada de un busto del expresidente del Congreso en el Senado son ejemplos de un plan más amplio para eliminar la simbología asociada al kirchnerismo en el país.
El gobierno justifica estas acciones en la lucha contra la corrupción, utilizando las condenas judiciales a figuras políticas del kirchnerismo para sustentar su proceder. Sin embargo, los críticos argumentan que se está usando una estrategia que se extiende más allá de la lucha contra la corrupción, usando la reescritura de la historia como argumento para erradicar las imágenes que representan un sector político y social.
El debate continúa
La “deskirchnerización” de espacios públicos en Argentina continúa siendo un tema candente, generando un amplio debate que pone en la mesa las tensiones entre la neutralidad política, la memoria histórica y la representación del pasado en el espacio público. La discusión va más allá del debate ideológico, y abre la reflexión sobre la función de los espacios públicos como reflejos de la historia del país y sobre el riesgo de una manipulación o censura de esta historia desde el poder.
El debate sobre la remoción de imágenes de figuras políticas del peronismo en los edificios públicos pone en evidencia la complejidad de la construcción y gestión del espacio público en una sociedad políticamente plural. Las reacciones, que abarcan desde el respaldo entusiasta hasta el rechazo más frontal, reflejan la profunda división ideológica que vive Argentina en la actualidad. Solo el tiempo dirá cuál será el legado de esta polémica y si generará un cambio duradero en el uso de los espacios públicos.