La campaña agrícola 2024/2025 en Argentina se perfila como una de las más importantes en la historia, con proyecciones que la ubican como la segunda mayor en volumen. Sin embargo, este panorama alentador contrasta con la compleja realidad económica que enfrentan los productores agropecuarios, quienes aún esperan medidas que impulsen la rentabilidad del sector.
Proyecciones de una cosecha récord
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la producción total de granos para la campaña 2024/2025 podría alcanzar los 140,9 millones de toneladas, un aumento del 7% en comparación con la campaña anterior. Esta cifra se ubicaría levemente por debajo del récord histórico de 141,5 millones de toneladas registrado en 2018/19. La consultora Agritrend, por su parte, proyecta una cosecha de 138,5 millones de toneladas, también la segunda más importante de la historia.
Estas proyecciones se basan en la expectativa de un “rinde normal” y un clima favorable durante los meses de verano, cruciales para el desarrollo de los cultivos. Factores climáticos adversos, como la falta de lluvias o la ocurrencia de granizo, podrían afectar negativamente estas estimaciones. No obstante, de cumplirse las proyecciones, la campaña 2024/2025 marcaría un hito en la producción agrícola argentina bajo el gobierno de Javier Milei.
Desafíos económicos persistentes para el sector
A pesar de las perspectivas de una cosecha récord, los productores agropecuarios enfrentan importantes desafíos económicos. Si bien el gobierno de Milei ha implementado medidas como la quita de trabas para exportar y la reducción de retenciones a algunos productos, la eliminación de los derechos de exportación para la soja, el maíz y el trigo, principales cultivos en volumen e ingresos para los productores, sigue siendo una demanda insatisfecha.
Expertos señalan que la producción agrícola en Argentina se encuentra estancada, y que las variaciones interanuales se deben más a factores climáticos que a un crecimiento sostenido. La presión impositiva, con las retenciones a las exportaciones como principal obstáculo, limita la rentabilidad, especialmente en campos alquilados, donde algunos cultivos, como la soja en el sur de la provincia de Buenos Aires, podrían generar pérdidas.
La caída en los precios internacionales de los granos también afecta los márgenes de ganancia. Aunque se espera un leve incremento en los precios de la soja y el maíz para la próxima cosecha, estos valores siguen siendo inferiores a los promedios de las últimas campañas y no compensan la reducción en los costos de los insumos.
El agro dejó de crecer y esos pequeños movimientos son más explicados por clima que por inversiones.
Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires
Impacto en las exportaciones y la recaudación fiscal
La BCR proyecta que las exportaciones de granos y subproductos generen ingresos por US$33.600 millones en la campaña 2024/2025, un aumento de US$1.500 millones en comparación con el ciclo anterior. Si bien esta cifra representa un incremento significativo, se encuentra lejos del récord de US$41.800 millones alcanzado en 2021/2022, cuando los precios internacionales de los granos eran considerablemente más altos. Agritrend, por su parte, estima ingresos por exportaciones de US$32.698 millones, ubicándose en el tercer puesto del ranking histórico.
En cuanto a la recaudación fiscal, se estima que el Estado percibirá US$7.481 millones en concepto de retenciones a las exportaciones en 2025, un 7% más que en 2024, pero inferior al récord de US$9.992 millones de 2021/2022. Estos datos reflejan el impacto de las políticas implementadas por el gobierno de Milei en el sector agropecuario.
El futuro del agro argentino: entre la esperanza y la incertidumbre
La campaña agrícola 2024/2025 se presenta como un punto de inflexión para el agro argentino. La posibilidad de una cosecha récord genera optimismo, pero la persistencia de desafíos económicos, como la presión impositiva y la incertidumbre en los mercados internacionales, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del sector a largo plazo. La decisión del gobierno de Milei sobre las retenciones a las exportaciones de soja, maíz y trigo será determinante para el futuro del campo argentino.
Mientras tanto, los productores continúan trabajando con márgenes ajustados, esperando medidas que impulsen la rentabilidad y permitan un crecimiento sostenido del sector. El desafío para el gobierno es encontrar un equilibrio entre la necesidad de recaudar y la importancia de fomentar la producción agropecuaria, motor fundamental de la economía argentina. El futuro del campo argentino se debate entre la esperanza de una cosecha histórica y la incertidumbre sobre las políticas que definirán su rumbo.