Las negociaciones para un alto el fuego entre Israel y Hezbolá han cobrado un nuevo impulso gracias a la mediación de Estados Unidos. El enviado especial de Washington, Amos Hochstein, se encuentra en Beirut, en una visita crucial que podría desencadenar un acuerdo para silenciar las armas en la conflictiva región. Aunque la propuesta está encaminada a un cese de hostilidades temporal, su éxito depende de la resolución de puntos de fricción cruciales entre las partes.
Puntos Clave de la Propuesta
La propuesta, respaldada por Estados Unidos, contempla un alto el fuego de 60 días como base para un acuerdo duradero. De acuerdo con las declaraciones de un funcionario libanés, los términos se basan en la resolución 1701 de la ONU, aprobada luego de la guerra de 2006 entre Israel y Líbano. Esta resolución establece que las únicas fuerzas armadas presentes en el sur del río Litani deben ser el Ejército Libanés y las fuerzas de paz de la ONU.
Además de la tregua, se exige la retirada de las fuerzas terrestres israelíes que operan en el sur del Líbano desde fines de septiembre y una implementación más estricta de la resolución 1701. La propuesta busca, en última instancia, restablecer la estabilidad en la zona fronteriza y prevenir futuros enfrentamientos.
Desacuerdos y Obstáculos
A pesar del optimismo expresado por el enviado estadounidense, persisten importantes puntos de desacuerdo entre las partes. Una fuente israelí familiarizada con las negociaciones ha manifestado serias dudas sobre la posibilidad de un acuerdo inminente. La principal preocupación radica en la negativa de Hezbolá a aceptar la condición de Israel de mantener la capacidad para atacar al grupo si este viola el alto el fuego. Sin esta clásula, el primer ministro israelí podría no lograr la aprobación del gabinete para el acuerdo.
El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, ha declarado que la “plena libertad operativa” de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) en el sur de Líbano no es negociable. Por el contrario, el primer ministro libanés, Najib Mikati, ha descalificado como especulación los informes sobre esta demanda israelí y asegura que no ha visto dicha cláusula en la propuesta estadounidense. De manera similar, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, ha enfatizado que la propuesta de EEUU no incluye esa demanda, considerando que sería “inaceptable” para Líbano.
El Papel de Estados Unidos y el Optimismo Cauteloso
Estados Unidos está jugando un rol crucial en la mediación, haciendo todo lo posible para encontrar un punto medio aceptable para ambas partes. La afirmación de Hochstein de que un acuerdo “está al alcance de la mano” sugiere un avance significativo en las negociaciones. Sin embargo, el optimismo debe ser cauteloso, considerando las complejidades políticas y los profundos resentimientos entre Israel y Hezbolá.
Aunque el presidente electo de los Estados Unidos habría expresado su apoyo a la iniciativa, la situación geopolítica continúa incierta y cualquier acuerdo requerirá no sólo de la voluntad de las partes involucradas, sino también de una sólida verificación y supervisión internacional. La presencia de las fuerzas de paz de la ONU sería esencial en esta fase para garantizar el cumplimiento de los acuerdos.
Contexto del Conflicto
El recrudecimiento de las hostilidades entre Israel y Hezbolá se inserta en un contexto de tensión regional prolongada, acentuada por los ataques de octubre de 2023 y la escalada de violencia posterior. Las acciones de Hezbolá, aunadas a la nueva ofensiva israelí sobre Líbano, han elevado la preocupación internacional. La cifra de muertos desde el inicio de las hostilidades en 2023 supera los 3,500, destacando la urgencia de una resolución pacífica.
Perspectivas Futuras
La consecución de un alto el fuego duradero sigue siendo incierta, y la resolución de los puntos conflictivos presenta un reto significativo. Mientras que las declaraciones de Hochstein evocan una ventana de oportunidad, la historia de enfrentamientos prolongados en esta región no permite un optimismo sin matices. Se requiere una evaluación cuidadosa de los compromisos de ambas partes y la disposición a aceptar concesiones mutuas.
Si el acuerdo se concreta, sería un paso crucial para estabilizar la región y abrir la puerta a futuras negociaciones. La verificación internacional y el cumplimiento de todos los términos, incluyendo la retirada de las tropas israelíes y el compromiso de Hezbolá, serían fundamentales para consolidar un cese de hostilidades genuino y duradero. De lo contrario, el riesgo de nuevos conflictos persiste en el corto plazo.