En un fallo sin precedentes en la provincia de Córdoba, un adolescente de 15 años, identificado como MSM, ha sido el primero en llevar una tobillera electrónica. La decisión, tomada por la jueza Penal Juvenil Ileana Benedito, surge tras un largo historial de intervenciones policiales y judiciales relacionadas con el joven, que incluyen delitos, contravenciones y faltas. Este caso abre un debate crucial sobre la justicia juvenil en Argentina y la necesidad de herramientas más efectivas para abordar la problemática de los adolescentes no punibles.
El caso MSM: un historial complejo y la búsqueda de soluciones
MSM, con tan solo 15 años, acumula 18 intervenciones policiales y judiciales desde enero de 2024. Debido a su edad, la ley argentina lo considera no punible, lo que impide su derivación a instituciones cerradas como el Complejo Esperanza, destinado a jóvenes mayores de 16 años. A pesar de dos breves estancias en dicho complejo, las medidas implementadas previamente no lograron modificar la conducta de MSM, quien presenta un consumo problemático de drogas y una falta de reconocimiento de límites.
La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) ha buscado alternativas para abordar el caso, solicitando a la jueza Benedito la autorización para ubicar a MSM en un dispositivo especial, con el objetivo de iniciar un tratamiento integral. Sin embargo, la solicitud fue rechazada en primera instancia, basándose en la legislación vigente que protege la libertad de los menores de 16 años.
La tobillera electrónica: ¿un punto de inflexión?
Ante la falta de alternativas y la reincidencia del joven, la Senaf solicitó la colocación de una tobillera electrónica, también conocida como “dispositivo dual”, para monitorear a MSM a distancia. Esta vez, la jueza Benedito accedió al pedido, con un plazo máximo de tres meses y la posibilidad de revocarlo anticipadamente. La decisión marca un hito en la justicia juvenil de Córdoba, siendo la primera vez que se utiliza este recurso en un adolescente no punible.
La ministra de Desarrollo Humano provincial, Liliana Montero, considera que la tobillera puede funcionar como un recordatorio constante de límites para el joven. Más allá de su función de monitoreo, se espera que el dispositivo tenga un impacto simbólico en la conducta de MSM.
Debate sobre la reforma legislativa
El caso MSM ha reavivado el debate sobre la necesidad de reformar el Código de Procedimiento Procesal en Penal Juvenil. La ministra Montero ha propuesto una serie de medidas escalonadas para el tratamiento de adolescentes no punibles, que van desde la atención temprana hasta la institucionalización en un espacio cerrado como último recurso. La tobillera electrónica se plantea como una herramienta intermedia, previa al encierro.
- Atención temprana
- Supervisión en territorio
- Libertad asistida
- Justicia restaurativa
- Abordaje de jóvenes penalmente responsables
- Mediación penal juvenil
- Acompañantes barriales
- Dispositivo especial de alojamiento
- Dispositivos electrónicos (tobillera)
- Encierro (último recurso)
Estas medidas buscan brindar a los jueces un abanico de opciones para abordar casos complejos, sin necesidad de recurrir al encierro como primera instancia. Se espera que la reforma legislativa establezca plazos concretos para cada medida, garantizando un tratamiento adecuado a las necesidades de cada joven.
Implicaciones legales y sociales
La utilización de la tobillera electrónica en un adolescente no punible plantea interrogantes sobre los límites de la privación de la libertad en menores de edad. Si bien la medida no implica un encierro físico, restringe la libertad de movimiento del joven y plantea dilemas éticos sobre la proporcionalidad de la medida en relación con la edad y la no punibilidad del individuo.
Por otro lado, la medida abre la posibilidad de un nuevo enfoque en la justicia juvenil, priorizando la reintegración social y el tratamiento por sobre el castigo. El uso de la tecnología para el monitoreo podría permitir un seguimiento más personalizado y efectivo de los jóvenes en conflicto con la ley, evitando el estigma y las consecuencias negativas asociadas al encierro.
Sin embargo, es crucial que la implementación de estas medidas esté acompañada de un fortalecimiento de los recursos del sistema de protección de derechos de la niñez. La falta de recursos humanos, económicos y de infraestructura podría limitar la efectividad de las medidas propuestas y perpetuar las desigualdades en el acceso a la justicia.
Un futuro incierto: entre la esperanza y la incertidumbre
El caso de MSM se convierte en un caso testigo para la justicia juvenil en Argentina. El éxito o fracaso de la medida de la tobillera electrónica, así como la implementación de las reformas legislativas propuestas, sentarán un precedente para el tratamiento de futuros casos similares. Es fundamental que este debate se aborde con la seriedad y la profundidad que merece, buscando un equilibrio entre la protección de los derechos de los adolescentes y la seguridad de la sociedad.
La sociedad argentina se enfrenta a un desafío complejo: cómo abordar la problemática de los adolescentes en conflicto con la ley, respetando sus derechos y garantizando la seguridad de todos. El caso de MSM y el uso pionero de la tobillera electrónica abren una ventana de oportunidad para repensar el sistema de justicia juvenil y construir un futuro más justo e inclusivo para las nuevas generaciones.