Un nuevo estudio publicado en The Lancet revela profundas disparidades en el bienestar de la población estadounidense, destacando marcadas diferencias regionales y demográficas. El Índice de Desarrollo Humano (IDH), una medida que combina esperanza de vida, educación e ingresos, muestra una brecha significativa entre las regiones más prósperas y aquellas que enfrentan mayores desafíos.
Regiones con Mayor y Menor Bienestar
El estudio, realizado por el Instituto de Evaluación de Métricas de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, identificó que las regiones con puntuaciones más bajas en el IDH se ubican en el sur de Estados Unidos, los Apalaches y los estados del Cinturón del Óxido. Estas áreas presentan desafíos históricos en materia de desarrollo económico, acceso a la educación y recursos de salud.
Por el contrario, las regiones con puntuaciones más altas se concentran en partes de Colorado, Maryland, Nueva York, California, Virginia y Washington D.C., donde se observan mejores indicadores de bienestar a través de los tres componentes que conforman el IDH.
Desigualdades Demográficas: Un Panorama Complejo
Las diferencias en el bienestar no se limitan a las regiones geográficas, sino que también se reflejan en la composición demográfica de la población estadounidense. El estudio analiza con detalle el 10% de la población con menor IDH, identificando la sobre representación de ciertos grupos en esta categoría.
En este grupo de baja puntuación en el IDH, se encontraron preocupantes cifras: 4 de cada 10 hombres afroamericanos, la mitad de los hombres indios americanos/nativos de Alaska, una cuarta parte de las mujeres indoamericanas/nativas de Alaska, y el 21% de los hombres latinos. Si bien los hombres blancos representaron el mayor número absoluto debido al tamaño de la población blanca, su proporción dentro de este grupo de bajo IDH fue del 8%, considerablemente menor que la de otros grupos raciales y étnicos.
Las Generaciones Más Afectadas: Jóvenes vs. Ancianos
Una observación alarmante es la brecha generacional en bienestar, especialmente entre los hombres blancos. Este grupo solo conformó el 5% del segmento de IDH más alto en el rango de edad de 25 a 44 años. Esta cifra aumenta considerablemente, al 49%, entre las personas mayores de 85 años, mostrando una posible correlación entre bienestar y el desarrollo en las etapas tempranas de la vida.
Esto podría indicar un impacto acumulativo de las desigualdades sociales a lo largo de los años, afectando negativamente el bienestar de estos individuos en sus últimas etapas de la vida.
Un Llamado a la Acción Urgente
Los investigadores del IHME enfatizan la urgencia de acciones por parte de los responsables de políticas públicas, educadores y expertos en salud pública. Se requiere un enfoque integral para abordar las desigualdades estructurales profundamente arraigadas en Estados Unidos.
Los autores del estudio destacan la necesidad de implementar programas sociales específicos dirigidos a las regiones y grupos más afectados, con el fin de lograr una mayor equidad en el acceso a la educación, la salud y las oportunidades económicas. De igual forma, este estudio nos recuerda el costo humano de la inequidad y urge a una respuesta coordinada para revertir estas desigualdades.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH): Un Indicador Clave
El estudio se basa en el IDH, creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ofrece una medida multidimensional del bienestar humano. Para este estudio en particular, los investigadores adaptaron el índice para el contexto estadounidense, utilizando datos nacionales disponibles para los años de educación, los ingresos de los hogares y las estimaciones de la esperanza de vida.
Si bien el IDH promedio de EE.UU. mostró un aumento gradual entre 2008 y 2019, la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo, provocando una reducción en la esperanza de vida y en las puntuaciones del IDH en 2020. La pandemia resaltó las vulnerabilidades existentes y acentuó la necesidad de políticas públicas que protejan a los grupos más vulnerables.
Conclusiones y Recomendaciones
Este estudio ofrece una clara radiografía de las desigualdades en bienestar en Estados Unidos. Las conclusiones no solo deben ser interpretadas como datos estadísticos, sino que constituyen un llamado a la acción para corregir las desigualdades sociales y económicas. A corto plazo, esto requiere la inversión de recursos en programas sociales y de asistencia a grupos demográficos concretos, mejorando significativamente la infraestructura en áreas que actualmente carecen de oportunidades.
A largo plazo, esto requiere cambios estructurales y políticas a nivel nacional para garantizar la equidad de oportunidades, particularmente en acceso a educación de calidad, salud asequible, empleo digno y oportunidades de crecimiento económico. Solo a través de esfuerzos integrales se podrá mitigar esta alarmante realidad y asegurar un futuro más inclusivo y equitativo para todos los estadounidenses.