El uso indiscriminado de antibióticos en la producción ganadera está generando una amenaza creciente para la salud humana. La resistencia antimicrobiana (RAM), impulsada en gran parte por esta práctica, está convirtiéndose en un problema de salud pública a nivel global, con consecuencias potencialmente devastadoras.
El problema de los antibióticos promotores del crecimiento (APC)
Un porcentaje alarmante de los antibióticos producidos a nivel mundial se destina a la ganadería, donde se utilizan con frecuencia no para tratar enfermedades, sino como promotores del crecimiento. Esto significa que se administran de forma rutinaria a animales sanos para acelerar su engorde y aumentar la rentabilidad de las explotaciones ganaderas.
Esta práctica tiene una grave consecuencia: la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos. Cuando estas bacterias pasan a los humanos, ya sea a través del consumo de carne contaminada o por contacto directo con animales infectados, las infecciones se vuelven difíciles, incluso imposibles de tratar con los antibióticos convencionales. El resultado es un aumento significativo en las muertes por infecciones resistentes a los fármacos.
Consecuencias para la salud humana
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre el peligro de la RAM, proyectando que para el año 2050, las infecciones resistentes a los antibióticos podrían causar 10 millones de muertes anuales a nivel mundial, superando a otras causas de mortalidad como el cáncer o las enfermedades cardíacas. Esta cifra subraya la magnitud del problema y la urgencia de actuar.
Las infecciones resistentes a los antibióticos son especialmente peligrosas en personas con sistemas inmunitarios debilitados, como niños pequeños, ancianos o pacientes con enfermedades crónicas. La dificultad de tratar estas infecciones puede llevar a complicaciones graves, hospitalizaciones prolongadas y un mayor riesgo de muerte. Además, la resistencia a los antibióticos puede afectar al tratamiento de una amplia gama de enfermedades, incluyendo infecciones bacterianas comunes como la neumonía, la septicemia, y las infecciones del tracto urinario.
El vínculo entre la salud animal y la salud humana
Estudios demuestran que la gran mayoría de las nuevas enfermedades infecciosas emergentes en las últimas décadas tienen su origen en animales, ya sean domésticos o salvajes. Esta estrecha relación entre la salud animal y la salud humana destaca la importancia de las prácticas de producción ganadera responsables y sostenibles. El uso de antibióticos como promotores del crecimiento representa una clara amenaza para esta interconexión.
Se ha demostrado que el 60% de las enfermedades infecciosas emergentes registradas en las últimas tres décadas proceden de animales. Un dato crucial que subraya la imperiosa necesidad de repensar las prácticas en la producción animal y de buscar alternativas más sostenibles que no comprometan la salud pública global.
Soluciones y alternativas sostenibles
Existen alternativas al uso de antibióticos promotores del crecimiento en la ganadería. La adopción de prácticas de manejo adecuadas, como una alimentación equilibrada, la mejora de las condiciones de higiene y saneamiento, y la implementación de programas de bioseguridad contribuyen a mejorar la salud y el bienestar animal, reduciendo la necesidad de antibióticos.
Fomentar la salud integral del animal, basado en la prevención y el tratamiento específico de las enfermedades con antibióticos solo cuando sea estrictamente necesario, es un paso fundamental para mitigar el desarrollo de bacterias resistentes. Esto implica una mejora significativa en las condiciones de vida del ganado, incluyendo espacio adecuado, acceso a agua limpia y manejo de la alimentación, todo lo cual contribuye a la reducción de enfermedades.
El papel de los gobiernos y la industria
La responsabilidad de abordar el problema de la resistencia antimicrobiana recae tanto en los gobiernos como en la industria agropecuaria. Los gobiernos deben implementar políticas y regulaciones que limiten o eliminen el uso de antibióticos como promotores del crecimiento, promoviendo la adopción de prácticas de producción animal sostenibles y responsables. La industria, por su parte, debe invertir en investigación y desarrollo de alternativas a los antibióticos, fomentando prácticas responsables y transparentes.
La colaboración entre científicos, veterinarios, productores, organismos gubernamentales y la sociedad en general es esencial para implementar medidas efectivas para combatir la resistencia antimicrobiana. Sólo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado podremos proteger la salud humana y el futuro de la producción de alimentos.
Un llamado a la acción
La resistencia antimicrobiana representa una amenaza seria y creciente para la salud humana. El uso excesivo de antibióticos en la ganadería es un factor importante en este problema. La transición a prácticas más sostenibles y responsables, con el compromiso de gobiernos e industria, es fundamental para frenar esta tendencia preocupante. El futuro de la salud humana depende de una acción decidida y conjunta en este ámbito.