La transición energética global demanda una producción minera eficiente y predecible. Sin embargo, un reciente estudio de Accenture revela una preocupante realidad: en los últimos cinco años, la industria minera ha dejado de percibir 67.000 millones de dólares debido a una producción inferior a la esperada. Esta cifra, que representa 254 millones de toneladas de recursos incumplidos, resalta la necesidad urgente de modernizar las operaciones y mejorar la capacidad predictiva de la industria minera.
El impacto de la baja producción
La falta de precisión en la producción minera tiene consecuencias significativas. La incapacidad de satisfacer la creciente demanda de minerales críticos, como el litio, cobre y cobalto, necesarios para la fabricación de baterías, paneles solares y turbinas eólicas, amenaza la velocidad de la transición energética. La incertidumbre en el suministro de estos materiales genera inestabilidad en el mercado, incrementa los precios y dificulta la planificación de inversiones en energías renovables. La situación actual nos deja con un panorama complicado: si las estimaciones de producción de litio no se cumplen, no tendremos las baterías necesarias para almacenar energía y no podremos impulsar la transición energética.
Esta discrepancia entre la producción proyectada y la real no es un problema trivial. Implica pérdidas económicas sustanciales para las empresas mineras, lo que podría afectar las inversiones futuras en exploración, tecnología e infraestructura. A su vez, la falta de inversión en innovación, así como la necesidad de modernización tecnológica y mejoras en la gestión, limita la capacidad de la industria minera para adaptarse a un contexto económico cada vez más exigente.
Causas de la baja producción
La baja producción minera se debe a una convergencia de factores internos y externos. Entre los factores externos, destacan las interrupciones causadas por la pandemia de COVID-19, la inestabilidad geopolítica, eventos climáticos extremos y la ineficiencia de la cadena logística. Las perturbaciones en la cadena de suministro causadas por la pandemia tuvieron y siguen teniendo un impacto profundo en la industria minera. Los retrasos en la entrega de equipos y materiales, junto con la escasez de mano de obra calificada, causaron un obstáculo significativo para la producción minera.
También existen factores internos que afectan la capacidad de producción. Se incluye la falta de datos precisos y confiables para realizar proyecciones de producción, las dificultades en la gestión de recursos humanos y la necesidad de mejorar el manejo de riesgos. En este contexto, la imprevisibilidad geológica, la variabilidad en la calidad del mineral y la escasez de mano de obra especializada representan desafíos importantes.
La sobreestimación de las reservas y la falta de una planificación estratégica eficiente también son factores que se suma al problema. Muchas compañías mineras han confiado demasiado en modelos predictivos obsoletos o imprecisos, resultando en una brecha entre lo estimado y la realidad de la producción. Esta falta de precisión afecta negativamente la planificación a largo plazo, tanto en términos económicos como ambientales.
El camino hacia la recuperación
Para recuperar la oportunidad perdida de u$s67.000 millones y asegurar un abastecimiento estable de minerales críticos, la industria minera necesita una transformación digital y operativa. La clave del éxito reside en el uso estratégico de datos y la incorporación de nuevas tecnologías.
La importancia de los datos
El primer paso fundamental es mejorar la gestión de datos. La minería debe avanzar hacia modelos de análisis de datos en tiempo real (data analytics) e inteligencia artificial (IA) para procesar información geológica, operativa y de mercado. Esta información precisa permite realizar predicciones más acertadas sobre la producción, optimizar las operaciones y reducir la incertidumbre.
Un ejemplo práctico: una mina de cobre que sufre paralizaciones imprevistas debido a la inestabilidad geológica puede usar datos obtenidos con tecnologías como sensores y drones para construir modelos de simulación. Esta predictibilidad permite minimizar los paros, maximizar la producción y mejorar la eficiencia. Esta estrategia permite a la empresa anticiparse a los potenciales desafíos, implementando medidas correctivas a tiempo para evitar mayores interrupciones.
El rol del talento humano
El segundo aspecto crucial es el capital humano. La industria necesita incorporar profesionales especializados en data science, IA, y otras áreas relacionadas con la tecnología. La formación continua es fundamental para actualizar las habilidades de los trabajadores y adaptarlos a las nuevas tecnologías y prácticas mineras más eficientes. Además de invertir en la tecnología, también es necesario invertir en el desarrollo de personal para usarla de manera correcta y extraer su potencial.
Las tecnologías como los gemelos digitales, modelos virtuales que simulan las operaciones mineras, pueden ser de gran utilidad para optimizar los procesos, prever problemas y mejorar la seguridad de los trabajadores. Un gemelo digital es una herramienta poderosa para optimizar la producción minera. Permite la simulación de varios escenarios, la planificación anticipada de mantenimiento, la mejora de procesos y la identificación de posibles riesgos. Combinando los modelos predictivos con la experiencia humana y supervisando constantemente las operaciones, se puede minimizar las pérdidas, maximizar la producción y mejorar la productividad, seguridad y rendimiento general de una mina.
Sin embargo, es importante destacar que la tecnología por sí sola no es suficiente. Un monitoreo continuo de los resultados es necesario para identificar y corregir sesgos, mejorar los modelos predictivos e integrar completamente las capacidades humanas y tecnológicas.
La industria minera tiene la oportunidad de rectificar el rumbo. Al implementar estrategias de datos innovadoras, invertir en talento humano cualificado y mejorar la colaboración entre trabajadores y tecnologías digitales, se puede recuperar la oportunidad perdida de u$s67.000 millones y, lo que es aún más importante, asegurar un suministro constante de minerales críticos que alimenten la transición hacia un futuro energético más sostenible. La adopción de prácticas basadas en datos y el empoderamiento del talento humano con tecnologías de vanguardia es fundamental para el futuro de la industria minera.
El camino hacia la recuperación no solo implica la recuperación de los 67.000 millones de dólares perdidos, sino también un enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia. La implementación efectiva de soluciones tecnológicas y la inversión en el talento humano son factores decisivos en este proceso de transformación.