Al día de hoy, pocas aeronaves militares pueden presumir de tantos años de servicio activo como los cazabombarderos McDonnell Douglas F-4E Phantom II de la Fuerza Aérea Turca. Cincuenta años de operaciones ininterrumpidas, una marca que pocos alcanzan, y que fue celebrada el pasado 17 de noviembre con un impresionante Elephant Walk, una demostración de fuerza y longevidad aérea.
Un lugar en la historia de la aviación
Con la retirada oficial de los Phantom II de la Fuerza Aérea de la República de Corea (ROKAF) en junio pasado, tras 55 años de servicio, Turquía se encuentra entre los tres últimos países que aún operan este veterano de la Guerra Fría. Irán y Grecia son los otros dos. Esta longevidad es un testimonio de la robusta construcción del F-4E y de las continuas modernizaciones que le han permitido mantenerse relevante en el panorama bélico.
El mantenimiento de una aeronave tan antigua requiere una inversión constante en reparaciones y actualizaciones. La capacidad de Turquía para mantener a los Phantom II en vuelo, incluso frente a la presión para adquirir aeronaves más modernas, habla de la confianza en la plataforma y de la habilidad del personal técnico y de mantenimiento de la fuerza aérea turca.
De los años 70 a la modernización “Terminator 2020”
La historia de los F-4E Phantom II en Turquía comienza en los años 70. Bajo el plan “REMO”, y como parte del proceso de modernización de sus fuerzas armadas y su creciente importancia estratégica dentro de la OTAN, Turquía realizó una primera orden de compra por 40 F-4E en 1972, con entregas que comenzaron en 1974. Este proceso no estuvo exento de dificultades, ya que el embargo estadounidense de 1975, tras la situación en Chipre, ralentizó las entregas y la provisión de componentes clave.
Afortunadamente, el embargo se levantó en 1978, permitiendo la reanudación de las entregas bajo el programa “Peace Diamond”. Esto permitió a Turquía reemplazar sus obsoletos F-100, F-102 y F-104. A través de sucesivas adquisiciones de unidades provenientes de la Fuerza Aérea y la Guardia Aérea Nacional de los Estados Unidos, e incluso de la Luftwaffe alemana, la flota turca de Phantom II llegó a contar con casi 200 unidades a mediados de la década de 1990.
A finales de esa década, debido a su edad y al consiguiente desgaste de la flota, la Fuerza Aérea Turca emprendió un programa de modernización con la empresa israelí Israel Aerospace Industries (IAI). La meta fue actualizar los F-4E a la configuración “Terminator 2020”, pero, finalmente, se limitó a 54 aeronaves. Este proceso consistió en equipar los aviones con nuevos sistemas de aviónica, un head-up display (HUD) Elbit’s ELOP 976, sistemas HOTAS, radar Elta EL/M-2032, un pod de contramedidas EL/L-8222, entre otras mejoras sustanciales, lo que prolongó significativamente su vida útil.
El Elephant Walk: Una demostración de fuerza y persistencia
A sus 50 años de servicio, los F-4E Phantom II siguen activos en diversas operaciones y ejercicios multinacionales, como el Ejercicio Anatolian Eagle 2023. El Elephant Walk, llevado a cabo por el Escuadrón 111 “Panteras”, en la Base Aérea de Eskisehir, con diez F-4E alineados en la pista, fue el evento principal para celebrar este importante hito. La espectacularidad del evento llamó la atención de numerosos fotógrafos y medios de comunicación.
Si bien no hay una fecha definitiva de retirada, varios reportes indican que los Phantom II podrían mantenerse en servicio hasta finales de la década. Esta decisión se basa en la experiencia obtenida en las modernizaciones previas, la pericia del personal de la fuerza aérea turca en el mantenimiento y la capacidad de estas máquinas para adaptarse a diversas operaciones actuales.
El futuro de la fuerza aérea turca: modernización y nuevas adquisiciones
La Fuerza Aérea Turca impulsa varios proyectos de adquisición e incorporación de aeronaves más modernas. Destacan la compra de los F-16 Block 70 y el desarrollo del futuro caza de quinta generación KAAN. Recientemente, Alemania dio luz verde a la exportación de 40 Eurofighter, que Turquía pretende incorporar a sus filas. Todos estos esfuerzos apuntan a la modernización y crecimiento de la fuerza aérea turca, un proceso evolutivo que coexiste con la notable longevidad del F-4E Phantom II.
A pesar de la llegada de nuevas aeronaves, la flota de F-4E aún posee un lugar relevante dentro de la estrategia de defensa de Turquía. La realización del Elephant Walk sirve como testimonio de la persistencia del F-4E y de la capacidad de la fuerza aérea turca para aprovechar al máximo la tecnología existente hasta que sus sucesores estén completamente operativos.
Un legado en vuelo
Los 50 años de servicio de los F-4E Phantom II de la Fuerza Aérea Turca no son simplemente un dato anecdótico. Se trata de un legado tangible, una historia de servicio, adaptación, perseverancia y competencia. Mientras que el futuro de la aviación militar turca se vislumbra con tecnología de última generación, el Phantom II sigue demostrando su capacidad, recordándonos que algunas máquinas merecen su momento de gloria, un legado que sigue volando alto.
Esta capacidad de adaptación y prolongación del ciclo de vida de los aviones militares resulta de una inversión en tecnología, mantenimiento y entrenamiento del personal, un factor importante a considerar en las discusiones sobre la modernización de las fuerzas armadas.