El productor tambero Javier Alvarenga fue sentenciado a 10 años de prisión por el delito de trata de personas agravada por violencia sexual y abuso de situación de vulnerabilidad. La condena, dictada por el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba, se refiere a la explotación laboral de dos hermanas provenientes de Formosa, una de ellas menor de edad al momento de los hechos.
Las víctimas, durante el juicio, relataron las condiciones inhumanas en las que se vieron obligadas a trabajar, jornadas extenuantes de hasta 19 horas diarias, a cambio de una ínfima parte de su salario. Su testimonio detalla un panorama desgarrador de explotación laboral, escasez de alimentos, falta de higiene y, lo más grave, abuso sexual.
Detalles de la condena y la reparación económica
Además de la pena de prisión, Alvarenga deberá abonar una indemnización millonaria a las víctimas, por un monto de $6.208.176. Esta cifra intenta compensar, aunque sea parcialmente, el daño causado por años de trabajo forzado y abuso.
El tribunal también impuso una restricción que le prohíbe a Alvarenga cualquier tipo de contacto con las hermanas o sus familiares. Esta medida busca proteger a las víctimas y evitar futuras intimidaciones o represalias.
La investigación por abuso sexual
El testimonio de las hermanas sobre abuso sexual por parte de Alvarenga y su padre llevó al tribunal a ordenar una nueva investigación por este delito. Si bien el padre inicialmente estaba imputado, fue excluido del juicio debido a problemas de salud mental. Sin embargo, la fiscalía provincial de La Carlota ahora tendrá la responsabilidad de investigar las graves acusaciones de abuso sexual.
Alvarenga, durante el juicio, negó todas las acusaciones, declarando que todo era ‘mentira y falso’. Esta declaración subraya la gravedad de la situación y la necesidad de una investigación exhaustiva y justa.
La huida y la búsqueda de justicia
Las hermanas, tras soportar años de explotación y abuso, lograron escapar del tambo en agosto de 2014, aprovechando un descuido de sus captores. Buscaron refugio en una fábrica de quesos cercana, donde el propietario las ayudó a llegar a la terminal de ómnibus y pedir ayuda a la policía.
Su valentía para denunciar, tras superar el miedo y la vulnerabilidad en la que se encontraban, ha sido fundamental para que se llevara adelante el proceso judicial y se obtuviera una sentencia condenatoria. Este caso demuestra la importancia de la denuncia y la perseverancia en la búsqueda de justicia.
El fallo y su impacto
La condena a 10 años de prisión es un paso importante en la lucha contra la trata de personas y la explotación laboral. Aunque la sentencia no es definitiva, ya que Alvarenga puede apelar, el fallo es un reconocimiento de la gravedad del delito y la necesidad de proteger a las víctimas.
El fiscal Carlos Gonella, a cargo del caso, expresó su satisfacción con el resultado del juicio, destacando la importancia de la reparación económica para las víctimas y la apertura de la nueva investigación por abuso sexual. Este caso destaca la necesidad de una mayor atención a los casos de trata de personas, especialmente en el contexto de la explotación laboral en el sector agropecuario.
La condena a Javier Alvarenga representa un avance en la lucha contra la trata de personas y el abuso sexual. Si bien el camino hacia la justicia es largo y complejo, la valentía de las víctimas y el trabajo de las autoridades judiciales contribuyeron a obtener esta importante sentencia. La investigación por abuso sexual que sigue abierta es esencial para garantizar que todos los responsables sean llevados ante la justicia. Este caso debe servir como una llamada de atención para combatir la explotación y el abuso de personas en situación de vulnerabilidad.