La escena política argentina está al rojo vivo. La oposición se prepara para un crucial enfrentamiento parlamentario que podría definir el rumbo del gobierno de Javier Milei. El eje central de la disputa: una reforma a la ley de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que busca limitar el poder del presidente para legislar por decreto y fortalecer el rol de control del Congreso.
El intento opositor de frenar los DNU de Milei
La oposición, conformada por una coalición de fuerzas heterogéneas, se propone aprobar una reforma que impone plazos y mayores exigencias para la emisión de DNU. La iniciativa, que se debatirá en la Cámara de Diputados, busca restringir la facultad del Ejecutivo de implementar medidas sin el debido proceso legislativo. Si se aprueba, se establecería un plazo de 90 días para que el Congreso apruebe o rechace los DNU. Si no se logra dicho consenso en este plazo, el decreto perderá vigencia. Además, se propone que para que un DNU se mantenga vigente deberá ser avalado por ambas Cámaras, aunque podría ser derogado por una sola. Esto representa un cambio significativo respecto del sistema actual, donde el rechazo de ambas Cámaras es necesario para anular un DNU.
Esta movida genera una tensión considerable en el ambiente político, particularmente porque Milei, en sus apenas 11 meses de gestión, ha emitido ya 42 DNU. La oposición argumenta que muchos de estos decretos no cumplen con los requisitos de “necesidad y urgencia” establecidos constitucionalmente, y que se utilizan para evadir el control parlamentario.
El caso particular del DNU 846/24
Además de la reforma general a la ley de DNU, la oposición busca rechazar específicamente el Decreto 846/24. Este decreto autoriza al Poder Ejecutivo a realizar canjes de títulos de deuda en cualquier moneda, sin los requisitos legales ni el aval parlamentario habitualmente requeridos. Para la oposición, este decreto representa un grave riesgo para la estabilidad económica y una muestra clara del accionar unilateral del gobierno. La intención es que, de caerse este DNU, el gobierno se vea forzado a retomar las negociaciones parlamentarias para resolver este tema a través de la legislación, en lugar de los decretos de urgencia.
Las diferentes posturas de los bloques políticos
La posición de los bloques políticos es heterogénea. Unión por la Patria, el principal bloque opositor, apoya la reforma de manera decidida, y se espera que aporte el grueso de los votos. Sin embargo, la incertidumbre radica en la posición de otros sectores. Dentro del bloque Encuentro Federal, existen posiciones divididas. Algunos diputados del peronismo cordobés, a pesar de las presiones desde la Casa Rosada, han mostrado su disposición a acompañar la reforma. Esto pone a figuras clave como Martín Llaryora en un rol complejo, buscando equilibrar la colaboración con el gobierno nacional y las decisiones de sus representantes en el Congreso.
Por su parte, el PRO, en un comunicado oficial, ha declarado que no aportará quórum, reafirmando su postura de no poner en riesgo la gobernabilidad. Dentro de la UCR, también hay diversas opiniones. Algunos diputados radicales apoyan la reforma mientras que otros, alineados con Milei, se oponen. Esta fragmentación en el espacio de Juntos por el Cambio indica la complejidad de las negociaciones y las presiones entre los distintos sectores políticos.
Las presiones y negociaciones previas a la votación
La previa a la votación se caracteriza por una intensa actividad de lobby y presiones. Desde la Casa Rosada se han realizado numerosos llamados a gobernadores, amenazándolos con bloquear las negociaciones presupuestarias si sus diputados no se abstienen o votan en contra de la reforma. Esto demuestra la alta apuesta que el gobierno de Milei tiene en esta votación, consciente de que una reforma de la ley de DNU limitaría significativamente su capacidad para gobernar.
Las negociaciones entre los bloques opositores no están exentas de dificultades. Existe un debate interno sobre el plazo de 90 días propuesto en la reforma, que algunos consideran excesivamente restrictivo. También hay discusiones sobre la aplicación del veto presidencial y la posibilidad de aprobaciones y rechazos parciales cuando un DNU abarca diferentes temas. Estas discusiones ponen de manifiesto las tensiones y las dificultades para alcanzar un consenso entre las diferentes fuerzas políticas de la oposición.
Un debate que definirá el futuro cercano
El debate parlamentario sobre la reforma de la ley de DNU es un evento crucial para el futuro político de Argentina. El resultado tendrá un impacto significativo en el equilibrio de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo. Si la oposición logra aprobar la reforma, Milei se vería obligado a reconsiderar su estrategia de gobierno, limitando su capacidad para legislar por decreto. Por el contrario, un fracaso de la iniciativa reforzaría el poder del Ejecutivo y marcaría una victoria para Milei. En este contexto de alta tensión, el desenlace del debate parlamentario mantiene en vilo a la opinión pública argentina, expectante ante los posibles escenarios políticos que se abren camino.