El primer año de Javier Milei en la presidencia ha estado marcado por la turbulencia, las promesas incumplidas y un clima de polarización política exacerbado. A pesar de las dificultades iniciales, el discurso triunfalista persiste en el oficialismo, que se prepara para el discurso del 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa con una batería de anuncios rimbombantes. Mientras tanto, las tensiones internas con la vicepresidenta Victoria Villarruel se agudizan y la estrategia electoral de La Libertad Avanza (LLA) de cara a 2025 se centra en la confrontación con el PRO y la consolidación del voto antiperonista.
Un año de Milei: entre el optimismo oficial y la realidad económica
La calma que reina actualmente en la Casa Rosada contrasta con el clima de tensión que se vivía hace un año, cuando las protestas en la Plaza de Mayo eran moneda corriente. La inflación, lejos de ceder, se mantiene como un desafío persistente para la gestión Milei. Sin embargo, el oficialismo se aferra a un discurso optimista, impulsado por el crecimiento del sector energético y el agropecuario. Funcionarios y dirigentes de LLA pronostican un crecimiento económico de entre 5 y 8 puntos para este año, una cifra que contrasta con la caída de dos dígitos que sufrió el sector industrial en 2024.
Este optimismo se sustenta en la creencia de que Argentina se encamina a convertirse en una potencia mundial, lo que justificaría la apreciación del peso frente al dólar. Sin embargo, voces como la del exministro de Economía Domingo Cavallo advierten sobre los riesgos de una “apreciación real exagerada del peso”, similar a la que precedió a la crisis de la convertibilidad. Para Cavallo, esta situación podría derivar en una deflación “muy costosa” que agravaría la recesión económica. El oficialismo, por su parte, desestima estas advertencias y confía en que la nueva matriz económica basada en la energía y el agro impulsará el crecimiento.
El 1M y las promesas de reforma: ¿un nuevo Pacto de Mayo?
El discurso de Milei ante la Asamblea Legislativa el 1 de marzo se perfila como un momento clave para su gobierno. Se espera que anuncie una reforma fiscal que reduzca la cantidad de impuestos nacionales a seis, junto con la baja de las retenciones al campo, una promesa que había realizado a la Sociedad Rural en diciembre. La reciente reglamentación del “régimen de transparencia fiscal” por parte de la ARCA, que obliga a las empresas a discriminar cada impuesto en el ticket, se interpreta como un preludio de esta reforma. Milei busca con esta medida exponer a los gobernadores e intendentes, a quienes sigue considerando “degenerados fiscales”.
Además de la reforma fiscal, se anticipan anuncios sobre una reforma laboral y previsional. El objetivo de mediano plazo del oficialismo es la privatización del sistema jubilatorio y el regreso de las AFJP, un tema que genera controversia y que podría encontrar resistencia en la oposición y en sectores de la sociedad.
La relación con Estados Unidos y la incógnita Trump
En los primeros meses del año, Milei buscará avanzar en un tratado de libre comercio con Estados Unidos. La asunción de Donald Trump el 20 de enero genera incertidumbre sobre el futuro de la relación bilateral. El vínculo entre el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y el empresario Elon Musk, cercano a Trump, será clave en las negociaciones. Se especula con que Milei podría realizar un anuncio relacionado con este tema durante su discurso del 1 de marzo. La incógnita es si logrará conseguir el quórum necesario en el Congreso, teniendo en cuenta que su última presentación en la Asamblea Legislativa, para el Presupuesto 2025, no prosperó por la falta de diálogo con la oposición.
Elecciones 2025: la ruptura con el PRO y la amenaza a Villarruel
La decisión de Jorge Macri de desdoblar las elecciones porteñas rompió el “pacto de no agresión” que existía entre el oficialismo y los gobernadores. LLA, que inicialmente buscaba una alianza con el PRO, ha decidido confrontar abiertamente con el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires, impulsando listas propias con “libertarios puros”. Karina Milei, hermana del presidente y figura clave en LLA, lidera esta estrategia, que busca generar una “sangría de dirigentes” del PRO hacia el espacio libertario.
En la disputa por el electorado antiperonista, LLA se ve a sí misma como la fuerza política que se quedará con “todo”, emulando el “divorcio” entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde en 2005. Figuras como Luis Juez, Diego Santilli y Cristina Ritondo son algunos de los dirigentes del PRO que están en la mira de LLA. Sin embargo, dentro del espacio libertario existen dudas sobre la conveniencia de incorporar dirigentes provenientes de otros espacios políticos.
Más allá de la disputa con el PRO, las tensiones internas en el oficialismo también se hacen sentir. La vicepresidenta Victoria Villarruel, que se ha manifestado públicamente disconforme con su sueldo, ha quedado marginada de las decisiones del gobierno. Milei la acusa de estar “desconectada de la realidad” y ha dejado en claro que no comparte su “forma de hacer política”. En este contexto, surgen rumores sobre una posible candidatura de Karina Milei al Senado por la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de desplazar a Villarruel de la presidencia provisional de la cámara alta y colocar a la hermana del presidente en la línea de sucesión presidencial.