El presidente Javier Milei, en una reciente entrevista, delineó sus planes económicos para los próximos dos años, incluyendo la posibilidad de dolarizar la economía y la eliminación de las retenciones al campo. Sin embargo, ambas medidas están sujetas a condiciones específicas que buscan garantizar la estabilidad macroeconómica del país.
Dolarización: Un objetivo a largo plazo
Milei reiteró su intención de dolarizar la economía argentina, pero aclaró que este proceso no será inmediato. El plazo estimado es de dos años, coincidiendo con el final de su mandato presidencial. Este tiempo, según el mandatario, es necesario para fortalecer las reservas del Banco Central y sanear su balance.
El primer paso hacia la dolarización, según Milei, es la capitalización del Banco Central. Para ello, el gobierno planea tomar deuda, no para aumentar el gasto público, sino para cancelar la deuda que el Tesoro Nacional mantiene con el Banco Central. Esta estrategia busca robustecer el patrimonio del Banco Central, haciendo que el peso argentino sea más valioso y, eventualmente, preparando el terreno para la dolarización.
Milei enfatizó que la dolarización no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para combatir la inflación y estabilizar la economía. “Cuando usted logra un nivel de capitalización tan grande del Banco Central, puede ser que en algún momento, puede ser que esa capitalización tan grande pueda dolarizar”, explicó el presidente.
Además, el presidente recordó que ya se ha implementado la competencia de monedas, una promesa de campaña que permite a los ciudadanos realizar transacciones en la moneda que deseen. Este es un paso previo a la dolarización y al cierre del Banco Central, un objetivo a largo plazo de la administración Milei.
Retenciones al campo: Condicionadas al equilibrio fiscal
En cuanto a las retenciones al campo, Milei fue contundente: su eliminación no será inmediata, sino que dependerá del crecimiento económico y del equilibrio fiscal. “Las voy a bajar en la medida en que tengamos crecimiento económico, aumentos permanentes de ingresos, de modo tal que no necesitemos aumentar el gasto público, sino que podamos reducir impuestos”, afirmó.
La postura de Milei sobre las retenciones se basa en la necesidad de mantener un equilibrio entre la reducción de impuestos y la sostenibilidad fiscal. El presidente considera que eliminar las retenciones sin tener los recursos necesarios para compensar la pérdida de ingresos fiscales podría desestabilizar la economía.
Milei prioriza la eliminación de las retenciones por sobre otros impuestos, como el impuesto a los débitos y créditos bancarios. “Las retenciones no están coparticipadas. El día que tenga los recursos para mantener el equilibrio fiscal, afuera las retenciones. El día que tenga más recursos fiscales para sostener el equilibrio fiscal ya habiendo eliminado las retenciones, voy por el impuesto a los débitos y créditos bancarios”, aseguró.
El mensaje del presidente a los productores rurales fue claro: el gobierno está comprometido con la eliminación de las retenciones, pero este objetivo se logrará de manera responsable y gradual, en línea con el crecimiento económico y el equilibrio fiscal. Milei busca un modelo económico sustentable que no dependa de aumentar la presión fiscal sobre el sector productivo.
En resumen, los planes económicos de Milei se basan en una visión a largo plazo que prioriza la estabilidad macroeconómica. La dolarización y la eliminación de las retenciones son objetivos centrales, pero su implementación estará sujeta a las condiciones necesarias para garantizar un crecimiento económico sostenible y un equilibrio fiscal sólido.
Estas declaraciones del presidente Milei generaron un fuerte impacto en el sector agropecuario. La Sociedad Rural Argentina expresó su apoyo a la visión del presidente, pero también instó al gobierno a acelerar los tiempos para la eliminación de las retenciones. Otros sectores, como la Federación Agraria Argentina, se mostraron más cautelosos, pidiendo garantías de que la eliminación de las retenciones no se traducirá en un aumento de otros impuestos.