El nuevo gobierno argentino, liderado por Javier Milei, ha emprendido una campaña para remover símbolos del kirchnerismo de los edificios públicos. Esta iniciativa, que ha generado fuertes controversias, involucra la eliminación de murales, bustos y hasta la posible demolición de edificios emblemáticos, marcando un giro significativo en la relación con el pasado político del país.
La eliminación de símbolos kirchneristas
El fin de semana pasado, se llevó a cabo la eliminación de un mural del expresidente Néstor Kirchner en la sede del Correo Argentino en Retiro. La acción fue justificada por el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, quien argumentó que los edificios públicos deben ser espacios neutrales, libres de propaganda política. Catalán publicó en X (antes Twitter) un video del mural siendo cubierto con pintura blanca.
Esta acción se suma a otras realizadas previamente. Pocos días antes, un busto de Kirchner fue retirado de la sede central de la ANSES, junto con afiches y pósters de Eva Perón. Estos eventos están enmarcados en lo que el gobierno define como un “proceso de reordenamiento de espacios públicos”, que según detractores busca borrar toda referencia al peronismo y al kirchnerismo de la esfera pública.
Las reacciones y las controversias
La decisión de tapar el mural y eliminar otros símbolos ha provocado diversas reacciones. Mientras que partidarios del gobierno de Milei celebran la iniciativa como un paso hacia la despolitización del espacio público, sectores afines al kirchnerismo la critican duramente como un intento de borrar la historia y la memoria colectiva.
Organizaciones sindicales, como el SECASFPI (Sindicato de los trabajadores y trabajadoras de la Administración Nacional de la Seguridad Social), han expresado su repudio a la decisión, calificando al gobierno como la “nueva Revolución Libertadora” y advirtiendo sobre un proceso sistemático de desmantelamiento de la memoria histórica, los derechos sociales y las conquistas populares.
La amenaza de demolición del edificio del ex Ministerio de Desarrollo Social
Una de las medidas más controversiales dentro de este “reordenamiento” es la posible demolición del edificio donde funcionaba el ex Ministerio de Desarrollo Social, ubicado sobre la Avenida 9 de Julio. Este edificio es emblemático por contar con una imagen destacada de Eva Perón.
Si bien el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha mencionado el mal estado del edificio y su impacto en el tránsito como justificación, la decisión genera preocupación por la pérdida de un sitio histórico y simbólico. La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, está evaluando la situación y presentará una propuesta al Poder Ejecutivo.
Análisis del contexto político
Las acciones del gobierno de Milei se inscriben dentro de un contexto político particular. Milei, conocido por su discurso anti-establishment y su ideología de ultraderecha, ha declarado públicamente su intención de “meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo, con Cristina adentro”, revelando una clara intención de ruptura con el pasado.
La decisión de eliminar la jubilación de privilegio de Cristina Kirchner y su pensión por viudez, tomada el mismo día de la eliminación del busto, viene a reforzar esa narrativa de confrontación, con el argumento adicional de las condenas judiciales. Esta medida, sin embargo, también es objeto de acaloradas discusiones debido a las implicaciones legales y políticas que conlleva.
El debate sobre la memoria y la política
Las acciones del gobierno argentino en la remoción de símbolos kirchneristas del espacio público abren un amplio debate sobre la memoria histórica, la neutralidad política y la relación entre el pasado y el presente en la construcción de la identidad nacional. La eliminación de estos símbolos genera, sin duda, fuertes opiniones encontradas y refleja las tensiones políticas que atraviesa el país.
La discusión también pone en evidencia la necesidad de buscar un equilibrio entre la conmemoración y el olvido en el tratamiento del pasado, garantizando el respeto a la diversidad de pensamientos y perspectivas, sin caer en extremismos que obstruyan la construcción de un futuro democrático y plural.