El martes 19 de noviembre de 2024, la liturgia católica presenta dos lecturas especialmente significativas: la primera lectura del Apocalipsis, que juzga la tibieza espiritual de las iglesias de Sardes y Laodicea, y el Evangelio según San Lucas, donde Jesús encuentra a Zaqueo, un publicano rico, mostrándonos la misericordia divina incluso hacia aquellos considerados pecadores. Estas lecturas nos invitan a una profunda reflexión sobre la autenticidad de nuestra fe y la sorprendente compasión de Dios.
Primera Lectura: Apocalipsis 3, 1-6. 14-22 – Juicio a las Iglesias de Sardes y Laodicea
El Apocalipsis, libro lleno de simbolismo y profecía, nos presenta en este pasaje un juicio a dos comunidades cristianas: Sardes y Laodicea. A Sardes, se le reprocha una vida superficial; aparentan vitalidad, pero están espiritualmente muertos. La exhortación es a la vigilancia y al arrepentimiento, a recuperar el fervor inicial de la fe. Aquellos que mantuvieron su pureza serán recompensados. El llamado es claro: quien persevere en la fe vencerá, inscribiendo su nombre en el libro de la vida. El pasaje ofrece una imagen poderosa de juicio divino.
El mensaje para Laodicea es aún más severo. Se les califica de ‘tibios’, ni fríos ni calientes, lo cual desagrada a Dios. Se les reprocha la autocomplacencia, el sentirse ricos y autosuficientes sin reconocer su verdadera condición: pobres, ciegos y desnudos, espiritualmente hablando. Se les exhorta a comprar oro refinado por el fuego (fe), vestiduras blancas (justicia) y colirio (conocimiento de la verdad), para lograr su redención. Se enfatiza que el amor de Dios conlleva corrección y advertencia, instando al arrepentimiento para alcanzar la salvación. Aquí el mensaje es claro: la complacencia y el autoengaño son peores que la falta de fe.
Evangelio: Lucas 19, 1-10 – El Encuentro de Jesús con Zaqueo
En este pasaje, Jesús llega a Jericó y se encuentra con Zaqueo, un recaudador de impuestos, considerado un pecador por la sociedad. Zaqueo, a pesar de ser bajo de estatura, demuestra una gran determinación para ver a Jesús, subiéndose a un árbol. Este simple acto representa la búsqueda activa de la redención. La iniciativa parte de Zaqueo, quien se esmera para acercarse a Jesús.
La respuesta de Jesús es sorprendente: va a la casa de Zaqueo. Este gesto inesperado de Jesús nos revela su inmensa compasión y su capacidad para ver más allá de los juicios sociales. Jesús se aloja en la casa de un ‘pecador’, rompiendo barreras sociales y religiosas. Esta acción confronta las ideas preconcebidas de pureza y santidad, revelando la inclusión que caracteriza el mensaje de Jesús.
La reacción de Zaqueo es profunda y genuina. Tras el encuentro con Jesús, siente el arrepentimiento, comprometiéndose públicamente a restituir lo robado y a repartir la mitad de sus bienes a los pobres. Es una transformación completa que nace del encuentro con el amor incondicional de Jesús. Es una escena llena de misericordia, perdón, y cambio radical de vida.
Jesús declara que la salvación ha llegado a la casa de Zaqueo, no por ser merecedor, sino por su disposición al cambio y arrepentimiento. La frase: “el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” refleja el objetivo central de la misión de Jesús: encontrar, salvar, y devolver la esperanza a los perdidos, a los considerados marginales por la sociedad de aquella época.
Reflexiones Finales
Las lecturas del 19 de noviembre nos presentan dos caras de la misma moneda: el juicio a la tibieza espiritual y la misericordia infinita hacia el arrepentimiento sincero. El Apocalipsis nos llama a la vigilancia, a no conformarnos con una fe superficial, y a mantener el fervor inicial. El Evangelio, a través de la historia de Zaqueo, nos muestra la ilimitada compasión de Dios, su capacidad de aceptar y transformar incluso a aquellos que fueron considerados irrecuperables. Ambas lecturas nos instan a un examen profundo de nuestra fe, a la sinceridad en la búsqueda de Dios y al compromiso con el cambio verdadero.
La combinación de estas lecturas nos anima a la introspección: ¿Estamos en el camino correcto? ¿Estamos siguiendo la guía del Señor, o nuestra fe se ha tornado tibia y complaciente? En este sentido, el mensaje es esperanzador, puesto que siempre existe la posibilidad del arrepentimiento y la transformación.
La conversión de Zaqueo es un ejemplo vivo que nos debe inspirar. Su historia, un símbolo del potencial para el cambio interior, la promesa de que incluso los que fueron considerados ‘lejanos’ a Dios pueden ser abrazados por su amor y misericordia.
En definitiva, las lecturas litúrgicas del 19 de noviembre de 2024 nos invitan a una reflexión sobre el compromiso personal con la fe y la búsqueda continua de Dios.