El próximo 22 de diciembre vence el Impuesto PAIS en Argentina. Esta medida, implementada en 2019, ha sido una herramienta clave para controlar la salida de divisas y la recaudación fiscal. Sin embargo, su fin plantea un interrogante crucial: ¿qué pasará con el dólar tarjeta, utilizado para compras y consumos en el exterior?
El dilema del dólar tarjeta
Actualmente, el dólar tarjeta, también conocido como dólar turista, se calcula aplicando un recargo del 60% sobre el tipo de cambio oficial. Este porcentaje se compone de un 30% por el Impuesto PAIS y otro 30% de percepción a cuenta del Impuesto a las Ganancias o Bienes Personales. La eliminación del Impuesto PAIS significa una reducción automática del dólar tarjeta de alrededor del 18.75%, situándose cerca de los $1322 pesos.
Esta significativa caída preocupa al Gobierno argentino, que se enfrenta al desafío de gestionar las reservas del Banco Central. Para evitar un aumento en la demanda de dólares y una mayor fuga de divisas, se evalúan distintas estrategias para mantener el dólar tarjeta alto, a pesar de la eliminación del Impuesto PAIS.
Opciones en consideración: ¿más recargos?
Las autoridades barajan diversas posibilidades. Una de ellas es incrementar las percepciones a cuenta del Impuesto a las Ganancias o Bienes Personales, pasando del 30% actual a un 60% o incluso más. De esta manera, se compensaría la pérdida del Impuesto PAIS, manteniendo un recargo total similar y evitando una baja significativa en el precio del dólar tarjeta.
Otra opción, aunque menos probable, sería la creación de un nuevo régimen de retenciones. Esta alternativa requeriría la aprobación del Congreso, un proceso complejo y demorado, por lo que parece menos viable como solución inmediata a la inminente desaparición del Impuesto PAIS. Según las declaraciones de fuentes oficiales, la opción de aumentar las percepciones existentes tiene más posibilidades de implementación a corto plazo.
El impacto en la economía y la balanza de pagos
La decisión del Gobierno de mantener el dólar tarjeta alto impactará directamente en la economía argentina, principalmente en la balanza de pagos y en el comportamiento de las reservas del Banco Central. Si el dólar tarjeta no mantiene un recargo considerable sobre el tipo de cambio oficial, esto podría significar un incremento en el gasto de los argentinos en moneda extranjera.
Un dólar tarjeta más barato incentivaría las compras y viajes al exterior. Este efecto podría generar una fuga de divisas significativa que el Banco Central intentaría evitar manteniendo la diferencia de precio del dólar tarjeta con otros tipos de cambio, como el MEP. Esta estrategia apunta a canalizar la compra de dólares hacia el mercado financiero en lugar de disminuir las reservas.
Las voces de los especialistas
Algunos analistas advierten sobre las limitaciones para mantener artificialmente alto el dólar tarjeta. La capacidad de incrementar las percepciones está limitada por la legislación vigente. Aunque se pueden aumentar estas retenciones, no sería posible llegar a un nivel que garantice un dólar tarjeta por encima de $1650 sin que ello genere distorsiones en el mercado cambiario.
Otras opiniones señalan la contradicción en la política cambiaria actual, argumentando que mantener un dólar tarjeta alto reflejaría un atraso en el tipo de cambio oficial. Esto crea incentivos para las operaciones en el exterior y desincentiva la llegada de turistas extranjeros, generando una mayor tensión en la balanza de pagos. La estrategia del gobierno de mantener un dólar turista elevado resulta compleja y genera tensiones internas en el sistema económico, poniendo en relieve la dificultad de regular la economía en un contexto de múltiples tipos de cambio.
un desafío cambiario
La eliminación del Impuesto PAIS presenta un desafío crucial para el gobierno argentino en materia de política cambiaria. Mantener el dólar tarjeta artificialmente alto sin generar mayores distorsiones en la economía requerirá un análisis cuidadoso y medidas bien planeadas. El equilibrio entre la necesidad de administrar las reservas del Banco Central y evitar el impacto negativo en el mercado cambiario será un factor clave en la implementación de la nueva política cambiaria.
La situación exige una mirada analítica de los datos y hechos, dejando de lado posibles improvisaciones que no sólo afectarían al mercado cambiario sino que también generaría otros desequilibrios en diferentes sectores de la economía. En las próximas semanas, conoceremos el detalle de la medida del gobierno y su impacto en el dólar tarjeta.