La reciente condena a Cristina Kirchner ha desatado una nueva controversia, esta vez involucrando a la inteligencia artificial. El uso de ChatGPT por parte de la expresidenta para contrarrestar los argumentos del fallo judicial ha generado un debate sobre la confiabilidad de estas herramientas en el ámbito legal y político.
El uso de ChatGPT en la defensa de Cristina Kirchner
En un intercambio en redes sociales con el presidente Javier Milei, Cristina Kirchner utilizó un análisis realizado por ChatGPT del fallo en la causa Vialidad, argumentando inconsistencias en el mismo. Este hecho ha sido interpretado por algunos como un intento innovador de utilizar la tecnología para la defensa jurídica, y por otros como una muestra de falta de seriedad en el manejo de una situación tan delicada.
La expresidenta adjuntó un documento titulado “El fallo de la Cámara de Casación según ChatGPT”, que señalaba diez puntos cuestionables en la sentencia. Si bien este recurso tecnológico llamó la atención de la opinión pública, también plantea interrogantes sobre la credibilidad de la información proporcionada por una herramienta de inteligencia artificial.
Las críticas del especialista en informática
Martín Hadis, un experto en Ciencias de la Computación, ha criticado fuertemente el uso de ChatGPT como fuente de argumentación legal. En una serie de tuits, Hadis destaca que ChatGPT no es una fuente confiable de información en contextos profesionales o críticos, señalando que la IA “alucina” y puede generar respuestas que parecen auténticas, pero que son completamente falsas.
Hadis menciona un caso sucedido el año pasado en un tribunal judicial, donde abogados defensores utilizaron un documento generado por ChatGPT que contenía jurisprudencia completamente inventada. Este ejemplo ilustra el riesgo de confiar en la información de herramientas de IA sin el debido escrutinio.
“Las IA como ChatGPT no son oráculos y no deben ponerse en ese pedestal. Lo único que hacen es brindar el eco estadístico de todo el material que han procesado.”
Las implicaciones políticas
Más allá del debate tecnológico, el uso de ChatGPT en la defensa de Cristina Kirchner tiene importantes implicaciones políticas. Refuerza la polarización existente en la sociedad argentina, donde la tecnología se convierte en un nuevo campo de batalla en la lucha política.
La decisión de Cristina Kirchner de recurrir a la IA puede interpretarse de diversas maneras: como una estrategia innovadora para llegar a la opinión pública, como un intento de deslegitimar la justicia o simplemente como un error de juicio al utilizar una herramienta no confiable en un contexto tan importante. El debate está abierto.
El futuro político argentino y la tecnología
Este incidente destaca la creciente influencia de la tecnología en la política. La IA, con sus posibilidades y limitaciones, está cambiando la forma en que se procesa y difunde la información. Es necesario analizar cuidadosamente las implicaciones de esta transformación, tanto en términos de acceso a la información como de verificación de datos.
El caso de Cristina Kirchner y ChatGPT es solo un ejemplo de cómo la tecnología puede impactar el ámbito político. El futuro político argentino, como el de otras naciones, dependerá en gran medida de la capacidad de sus actores para comprender y gestionar de manera efectiva la creciente influencia de la IA y otras tecnologías de la información.
Un panorama complejo
La situación plantea un panorama complejo donde se entrelazan la condena judicial a una figura política relevante, la utilización inusitada de una herramienta de inteligencia artificial y sus implicancias legales y políticas. El debate sobre la veracidad y la confiabilidad de la información en la era digital se agudiza, demandando un análisis crítico y una profunda reflexión sobre el rol de la tecnología en la construcción del discurso público.
La situación continuará generando debate y análisis en los próximos días, semanas y meses, con ramificaciones significativas para el futuro político argentino.