La Policía Federal de Brasil ha llevado a cabo una operación que ha resultado en la detención de cuatro militares y un policía. Se les acusa de planear el asesinato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de su vicepresidente, Geraldo Alckmin, en 2022, poco después de la victoria electoral de Lula sobre Jair Bolsonaro. El operativo se realizó en medio de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, aunque el Ejército desmintió inicialmente la información de que los arrestos se produjeron durante el evento.
El Plan “Puñal Verde y Amarillo”
El plan, denominado “Puñal Verde y Amarillo”, tenía como fecha prevista de ejecución el 15 de diciembre de 2022, antes de la toma de posesión de Lula. Además de los dos líderes electos, la investigación indica que el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, era otro objetivo de los conspiradores. Moraes es conocido por su papel en las investigaciones sobre los intentos de golpe de Estado, incluyendo los acontecimientos del 8 de enero de 2023, cuando partidarios de Bolsonaro atacaron las sedes de los tres poderes en Brasilia.
La estrategia para asesinar a Lula, según los documentos de la investigación, incluía el uso de agentes químicos para inducir un colapso orgánico. El atentado pretendía ser un factor clave para provocar un golpe de Estado, alterando el proceso democrático de transición gubernamental.
Los Sospechosos
Entre los detenidos se encuentra el general de brigada retirado Mário Fernandes, quien se desempeñó como jefe sustituto de la Secretaría General de la Presidencia durante el gobierno de Bolsonaro. También están implicados los tenientes coroneles Helio Ferreira Lima, Rodrigo Bezerra Azevedo y Rafael Martins de Oliveira, así como el policía federal Wladimir Matos Soares. Los militares pertenecen a las fuerzas especiales del ejército brasileño, conocidas como “kids pretos”, y planeaban emplear técnicas militares avanzadas en el supuesto golpe de Estado.
La investigación sugiere que el general Walter Braga Netto, exministro de Defensa bajo Bolsonaro y su candidato a vicepresidente en las elecciones, estuvo implicado en las reuniones en las que se planeó el complot. Además, se cree que Mauro Cid, un estrecho colaborador de Bolsonaro, tenía conocimiento de los planes.
Contexto Político
Este intento de asesinato y golpe se produce en un contexto de profunda polarización política en Brasil, agravada por las acciones de Bolsonaro después de su derrota electoral. Bolsonaro nunca reconoció la victoria de Lula, promoviendo narrativas conspirativas y un cuestionamiento constante de la legitimidad del proceso electoral. Esto alimentó un ambiente propicio para la radicalización y la violencia política.
Las detenciones se realizan en un momento en que Brasil continúa lidiando con el impacto de la asonada del 8 de enero de 2023. Los acontecimientos de aquel día, en que los seguidores de Bolsonaro asaltaron los edificios gubernamentales en Brasilia, generaron una grave preocupación sobre la salud democrática del país y el nivel de aceptación de las instituciones brasileñas. La investigación continúa buscando establecer una línea de conexión entre los acontecimientos del 8 de enero y las acciones de los detenidos.
Posibles Cargos
Los detenidos podrían enfrentar acusaciones graves, incluyendo abolición violenta del Estado de derecho, golpe de Estado y asociación criminal. Las penas para este tipo de delitos en Brasil son considerables, y las consecuencias de las acciones podrían tener un peso importante en el devenir político y legal del país en los próximos meses y años.
La investigación está en curso y se espera que se revelen más detalles en los próximos días y semanas, incluyendo posibles conexiones con otros miembros del gobierno de Bolsonaro y la extensión de la conspiración golpista. La magnitud de los hechos plantea una seria preocupación acerca del futuro de la estabilidad democrática de Brasil.