Argentina experimentó un descenso significativo en los índices de pobreza durante el segundo semestre de 2024, luego de un pico alarmante registrado en la primera mitad del año. Proyecciones de especialistas, basadas en datos parciales del INDEC, indican que la pobreza a nivel nacional podría haber cerrado el año en torno al 40%, una cifra inferior al 41,8% registrado a fines de 2023. Este fenómeno, sorprendente para muchos, se atribuye principalmente a la desaceleración de la inflación, especialmente en los precios de los alimentos, que impactan de manera más directa en los hogares de menores recursos.
La inflación, el factor clave
Tras una devaluación del 118% dispuesta por el gobierno de Javier Milei en diciembre de 2023, la inflación se disparó en los primeros meses de 2024, llevando la pobreza a niveles récord en 20 años. Sin embargo, a partir de mayo, la inflación comenzó a ceder, registrando una marcada baja en los precios de los alimentos. Este descenso fue crucial para la recuperación del poder adquisitivo de los hogares más vulnerables, cuyo gasto se concentra en productos básicos.
El economista Leopoldo Tornarolli, del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), destaca la sensibilidad de la medición de la pobreza a las variaciones en la inflación, especialmente la referida a la canasta básica alimentaria (CBA). La caída más pronunciada en la inflación de alimentos, a partir de mayo, explica en gran medida la reducción de la pobreza observada en el segundo semestre.
“La pobreza medida por ingresos es muy sensible a la inflación, y a principios de 2024 hubo un salto fuerte de la misma. Quizás en la práctica la suba de la pobreza no fue tan grande y la caída tampoco, sino que el instrumento que usamos para medirla en Argentina es demasiado sensible.” – Leopoldo Tornarolli
El impacto en Córdoba
En la provincia de Córdoba, la tendencia fue similar a la nacional. Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), la pobreza en Córdoba habría disminuido en 12,6 puntos porcentuales durante 2024, pasando del 50,9% en el primer trimestre al 38,3% en el tercero. Esta reducción implica que aproximadamente 480.000 personas salieron de la pobreza en la provincia. Catalina Serena, economista de Idesa, explica que la estabilización de variables macroeconómicas, especialmente la baja sostenida de la inflación, permitió una recuperación en los indicadores sociales. “La combinación de alta informalidad con inflación suele disparar las cifras de pobreza. En estos últimos meses, los ingresos de los informales comenzaron a recuperar fuertemente”, señala Serena.
¿Un cambio sostenible?
A pesar del optimismo generado por la caída de la pobreza, los especialistas advierten sobre la necesidad de analizar la sostenibilidad de esta tendencia a largo plazo. Si bien la baja de la inflación es un factor crucial, se requiere un crecimiento económico sostenido y la generación de empleo genuino para consolidar la reducción de la pobreza y alcanzar niveles históricamente más bajos.
Tornarolli señala que Argentina no ha logrado perforar el piso del 25% de pobreza en las últimas tres décadas y que, aunque las proyecciones para 2025 son alentadoras (con una posible tasa cercana al 35% si la economía crece al 5%), se necesita un crecimiento continuo y estable para lograr una reducción significativa y duradera de la pobreza. “Argentina necesita un proceso de crecimiento que dure y que no necesariamente sea espectacular en términos de tasa sino continuo. Una economía estable que permita a las empresas y a los hogares planear”, afirma el economista.
La heterogeneidad de la recuperación económica también plantea interrogantes. Mientras que los sectores más vulnerables se han beneficiado de la baja en la inflación de alimentos, los sectores medios y altos aún no han recuperado plenamente su poder adquisitivo debido al encarecimiento de los servicios. Esta disparidad podría afectar la sostenibilidad del crecimiento y la capacidad del país para reducir la desigualdad en el largo plazo.
Además, la creación de empleo genuino es fundamental para asegurar la sostenibilidad de la reducción de la pobreza. Si bien se ha observado una leve recuperación en el mercado laboral, la generación de empleos de calidad es esencial para que las familias puedan salir de la pobreza de manera definitiva.
un camino con desafíos
El descenso de la pobreza en Argentina durante 2024, tras el pico registrado en el primer semestre, es una noticia alentadora. Sin embargo, la sostenibilidad de esta tendencia dependerá de la capacidad del país para mantener la estabilidad macroeconómica, impulsar un crecimiento económico inclusivo y generar empleo genuino. El desafío para el gobierno de Milei será consolidar las políticas que permitan no solo reducir la pobreza coyuntural, sino también abordar las causas estructurales que la perpetúan.
Solo un crecimiento económico sostenido y la generación de empleos de calidad permitirán a Argentina superar el estancamiento histórico en la lucha contra la pobreza y construir un futuro más próspero para todos sus ciudadanos.