En un contexto marcado por la lucha incansable por la memoria, la verdad y la justicia, Abuelas de Plaza de Mayo anunció el hallazgo del nieto 138, hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, secuestrados en diciembre de 1976 durante la última dictadura cívico-militar argentina. Este conmovedor encuentro renueva la esperanza y da un nuevo impulso a la búsqueda de los más de 300 nietos que aún faltan. Sin embargo, la alegría se ve empañada por el desmantelamiento de las políticas de derechos humanos por parte del gobierno actual, lo que dificulta la tarea de Abuelas y pone en riesgo la continuidad de esta lucha histórica.
Un encuentro que renueva la esperanza
El nieto 138, cuya identidad aún se preserva para proteger su privacidad, tiene 48 años y se enteró de su verdadera historia hace apenas unas horas. La noticia, recibida con una mezcla de conmoción y alegría, le abre las puertas a un nuevo capítulo en su vida, donde podrá reconstruir su identidad y conocer a la familia que lo buscó incansablemente durante décadas. Este encuentro es un triunfo para Abuelas de Plaza de Mayo, una organización que ha dedicado su vida a la búsqueda de los niños apropiados durante la dictadura, pero también es un recordatorio del dolor y la injusticia que aún persisten.
La historia de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, ambos militantes de Montoneros, es un ejemplo de la brutalidad y el horror que azotaron a Argentina durante la dictadura. Secuestrados en su domicilio en Buenos Aires, Marta estaba embarazada de ocho meses y medio cuando fue llevada al centro clandestino de detención ESMA, donde probablemente dio a luz a su hijo. Allí también fueron vistos por última vez. Este caso, como tantos otros, evidencia el plan sistemático de robo de bebés y supresión de identidad implementado por el régimen.
El hermano del nieto 138, Diego, quien reside en España, expresó su profunda emoción al conocer la noticia: “Estoy embargado por la emoción. Sos muy bienvenido. Muchas gracias, Abuelas. Son el orgullo nacional, un orgullo para todos los argentinos”. Sus palabras reflejan el sentimiento de una familia que nunca perdió la esperanza y que hoy celebra la restitución de la identidad de un ser querido.
La lucha contra el olvido en tiempos de incertidumbre
El hallazgo del nieto 138 se produce en un momento crítico para las políticas de memoria, verdad y justicia en Argentina. El gobierno de Javier Milei ha implementado recortes presupuestarios y despidos en la Secretaría de Derechos Humanos, lo que dificulta la tarea de los organismos que trabajan en la búsqueda de los nietos y en la preservación de la memoria histórica. Estas medidas no solo amenazan con frenar los avances logrados en materia de derechos humanos, sino que también representan un retroceso en la construcción de una sociedad democrática basada en la justicia y la verdad.
Miguel “Tano” Santucho, miembro de Abuelas de Plaza de Mayo, denunció el desmantelamiento de los equipos de trabajo y la creciente dificultad para llevar adelante la búsqueda de los nietos: “Cada encuentro es un motivo de alegría, pero este año es difícil… con la preocupación real de que esta búsqueda sea cada vez más difícil porque están desmantelando los equipos de trabajo”. La advertencia de Santucho pone de manifiesto la urgencia de proteger las instituciones y las políticas que garantizan el derecho a la identidad y la justicia para las víctimas del terrorismo de Estado.
La persistencia de Abuelas de Plaza de Mayo, a pesar de los obstáculos, es un ejemplo de la lucha inclaudicable por los derechos humanos en Argentina. Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas, con sus 94 años, es un símbolo de resistencia y una inspiración para las nuevas generaciones. Su compromiso inquebrantable con la verdad y la justicia nos recuerda que la memoria es un pilar fundamental para la construcción de un futuro mejor.
El debate social: memoria vs. negacionismo
El hallazgo del nieto 138 ha reavivado el debate social sobre la importancia de la memoria histórica en Argentina. Mientras que organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y gran parte de la sociedad civil celebran este nuevo encuentro y reivindican la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, sectores negacionistas intentan minimizar los crímenes de la dictadura y cuestionar la legitimidad de la búsqueda de los nietos. Este debate, que atraviesa la sociedad argentina desde hace décadas, se ha intensificado en los últimos años, poniendo en evidencia la necesidad de fortalecer las políticas de memoria y educación en derechos humanos.
Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla donde se confrontan estas posturas antagónicas. Mensajes de apoyo y solidaridad con Abuelas de Plaza de Mayo se entremezclan con expresiones de negacionismo y odio, lo que refleja la polarización que aún existe en la sociedad argentina respecto a su pasado reciente. En este contexto, el rol de los medios de comunicación y las instituciones educativas es crucial para promover un debate informado y responsable, basado en el respeto a los derechos humanos y la verdad histórica.
La lucha por la memoria no se limita a la búsqueda de los nietos. También implica la preservación de los sitios de memoria, la promoción de la justicia para las víctimas de la dictadura y la construcción de una sociedad que rechace la violencia y la impunidad. El hallazgo del nieto 138 es un recordatorio de que el pasado no está cerrado y de que la lucha por la verdad y la justicia debe continuar.