El sistema previsional argentino se encuentra en un punto crucial, con un debate público en torno a las jubilaciones de privilegio. La reciente quita de la asignación vitalicia a Amado Boudou y la controversia sobre los beneficios recibidos por Cristina Kirchner han exacerbado este debate, generando preguntas sobre la equidad, la eficiencia y la sostenibilidad del sistema.
El Caso Boudou: Un Ejemplo de Revocación de Privilegios
La decisión de la ANSES de revocar la asignación mensual vitalicia a Amado Boudou se basa en la confirmación de su condena por cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública. Esta acción, fundamentada en la Ley 24.018, establece que la indignidad sobreviniente descalifica al beneficiario para recibir este tipo de beneficios.
La resolución de la ANSES destaca que la asignación es una ‘gracia otorgada en reconocimiento del mérito y del honor’, valores que, según el organismo, fueron violados por las conductas delictivas de Boudou. Esta decisión sienta un precedente importante, mostrando que estos beneficios no son inalienables ni irrevocables.
El Caso Kirchner: La Controversia y el Debate Público
El caso de Cristina Kirchner, con la cancelación de su jubilación como expresidenta y su pensión como viuda de un expresidente, ha captado la atención pública. Si bien la decisión se justifica por la ratificación de su condena por corrupción, el debate se centra en la magnitud de las cifras percibidas y la existencia de regímenes especiales.
El hecho de que Kirchner haya recibido un total de $35.255.297,73 en noviembre de 2024 ha amplificado el debate. Si bien hay fuertes reacciones de ambos lados, esta situación resalta la necesidad de transparencia y rendición de cuentas en el manejo de los fondos públicos destinados a las jubilaciones.
El Problema Más Amplio: Regímenes de Excepción
Más allá de los casos individuales, el verdadero desafío radica en la existencia de aproximadamente 200 regímenes de excepción en Argentina, beneficiando aproximadamente al 40% de los jubilados. Estos regímenes otorgan haberes un 85% superiores al promedio, absorbiendo un 5% del PBI, equivalente al 50% del gasto previsional total.
La falta de criterios transparentes y la alta fragmentación del sistema generan inequidad e ineficiencia. Como señala el economista Rafael Rofman del Cippec, la ‘excepción debería ser excepcional’. El sistema actual es caro, gasta más que países con similares niveles de envejecimiento, y los grupos que optan por regímenes especiales suelen ser los de mayores recursos, dejando al sistema general a los sectores más vulnerables.
Propuestas para un Sistema Previsional Más Justo y Eficiente
Para abordar este desafío, se propone un esquema más limpio, con un ingreso básico universal para adultos mayores, más un beneficio proporcional a los aportes realizados. Este modelo, similar a la Prestación Universal para el Adulto Mayor, busca una cobertura total, eliminando el requisito de los 30 años de aportes y otorgando beneficios proporcionales a la contribución de cada persona.
Este enfoque permitiría eliminar la inequidad y la ineficiencia causadas por los regímenes especiales, generando un ahorro significativo. Asimismo, se deben revisar aspectos como la diferencia de edad para el retiro entre hombres y mujeres, la edad de jubilación y las pensiones por fallecimiento, adaptándolas a la realidad actual.
Hacia un Debate Constructivo
El debate sobre las jubilaciones de privilegio en Argentina requiere un análisis profundo y un enfoque holístico. Si bien los casos de Boudou y Kirchner han puesto en el centro de la escena la problemática, el desafío mayor reside en reformular el sistema previsional para que sea más justo, eficiente y sostenible. Este proceso debe involucrar un diálogo abierto y transparente, buscando consenso entre diferentes sectores para asegurar un futuro más equitativo para todos los jubilados.