En la madrugada del lunes, en el barrio Punta Mogotes de Mar del Plata, un policía retirado de la Policía Federal se vio involucrado en un enfrentamiento armado con dos delincuentes que habían ingresado a robar en su vivienda. El hecho, que conmocionó a la ciudad, tuvo un trágico desenlace: uno de los ladrones murió y el otro resultó gravemente herido.
El Robo y el Enfrentamiento
Según fuentes policiales, alrededor de las 7:00 am, dos delincuentes irrumpieron en la casa del ex policía federal, su esposa y su hija de 14 años, aprovechando un ventiluz sin rejas. Una vez dentro, redujeron a la familia, atándolos y exigiéndoles dinero. Tras golpear al ex policía, los ladrones comenzaron a revisar la casa en busca de objetos de valor.
Sin embargo, en un momento de descuido de los asaltantes, el policía retirado logró liberarse de sus ataduras. Aprovechando la oportunidad, tomó su arma de fuego, una pistola calibre 9 milímetros marca Tanfoglio, y abrió fuego contra los ladrones. El enfrentamiento se produjo en el living de la vivienda, frente a su esposa e hija. Uno de los delincuentes recibió un disparo fatal, mientras que su cómplice resultó herido con al menos cinco impactos de bala.
Las Víctimas y los Delincuentes
El policía retirado, de 54 años, sufrió heridas cortantes en la cabeza durante el forcejeo inicial con los ladrones. Afortunadamente, tanto su esposa como su hija resultaron ilesas en el tiroteo. Recibió atención médica en el lugar y fue trasladado a un hospital para una mejor evaluación.
El ladrón fallecido fue identificado como Lucas Bernard, de 39 años, con un prontuario policial considerable, incluyendo dos pedidos de captura vigentes. Su cómplice, identificado como Lucas Nahuel Altamirano, de 28 años, fue hospitalizado en estado grave en el Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata con heridas de bala que lo mantuvieron en terapia intensiva. Altamirano, al igual que su compañero, también presentaba antecedentes penales.
La Investigación y las Secuelas
El fiscal Fernando Berlingeri, de la UFI N° 4 de Mar del Plata, se encuentra a cargo de la investigación, caratulada como robo en grado de tentativa y homicidio en legítima defensa. El ex policía declaró ante la justicia y, tras una breve evaluación, el fiscal decidió no imputarle cargos dado el contexto de legítima defensa.
En la escena del crimen, los peritos de la Policía Científica encontraron al menos siete proyectiles, además de dos revólveres calibre .32 que presuntamente pertenecían a los delincuentes. El arma del policía retirado fue secuestrada por las autoridades. Altamirano, una vez estabilizado, fue imputado por robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa y permanece detenido.
El Contexto del Barrio y la Reacción Vecinal
El suceso generó gran conmoción en el barrio Punta Mogotes, donde vecinos relataron sentirse preocupados por la creciente inseguridad en la zona. Varios vecinos fueron testigos de los disparos y dieron aviso al 911, colaborando con la rápida llegada de los servicios de emergencia y la posterior investigación policial. La solidaridad y la colaboración vecinal fueron destacables durante y después del incidente.
La investigación continúa profundizando en los antecedentes de los delincuentes y analizando las pruebas recolectadas en la escena. Se están revisando grabaciones de cámaras de seguridad de la zona y se buscan testimonios adicionales para esclarecer completamente los detalles del hecho. La familia del ex policía recibe apoyo psicológico y el caso seguirá en la atención de la justicia.
Legítima Defensa y Debate Social
Este caso ha reabierto el debate sobre la legítima defensa en Argentina y las implicaciones legales de recurrir a la violencia para defenderse y a la familia de un ataque. Si bien las circunstancias del hecho sugieren la aplicación de la legítima defensa, este tipo de episodios despiertan un profundo debate social sobre la seguridad pública y la impunidad de los criminales.
En general, el caso generó diferentes perspectivas y opiniones públicas, algunos consideran que el policía retirado actuó en legítima defensa para proteger la vida de su familia, mientras que otros lamentan la pérdida de la vida de uno de los delincuentes y analizan las opciones de autoprotección antes de que la situación haya llegado al extremo.