José Calderón, de 40 años, falleció el 17 de noviembre en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria tras permanecer internado desde el 20 de octubre. La causa de su muerte fue una brutal golpiza recibida a la salida de una fiesta de 15 años en Puerto General San Martín. Este trágico suceso ha generado una profunda conmoción y ha resurgido el doloroso recuerdo del caso de Fernando Báez Sosa, por la similitud en la brutalidad de la agresión y la indefensión de la víctima.
Los hechos
Según el relato de Maira, la esposa de José, la fiesta de 15 años de su sobrina finalizó alrededor de las 3:30 de la madrugada del 20 de octubre. Alrededor de las 4:00 am, mientras se limpiaba el salón, se produjo una pelea en la esquina entre varias jóvenes. El hermano de Maira intervino para separarlas, pero fue atacado por un grupo de jóvenes, sufriendo fractura de nariz y mandíbula, además de graves heridas en la cara. En ese momento, José, que se encontraba cerca en su auto, fue a ayudar a su cuñado y fue atacado por el mismo grupo.
Los agresores, que según testigos eran aproximadamente 20 personas, golpearon brutalmente a José, incluyendo un ladrillazo y puntapiés mientras estaba en el suelo, ya inconsciente. Una joven lo apuñaló, aumentando la gravedad de las lesiones. A pesar de haber sido trasladado rápidamente al hospital, el estado de José fue crítico desde el primer momento. Sufrió una larga agonía de 28 días, durante los cuales estuvo sedado, y cuando despertaba lloraba desconsoladamente, según relató Maira.
El testimonio desgarrador de Maira
En una entrevista radial, Maira expresó su dolor e impotencia. “Éramos una hermosa familia”, dijo con la voz entrecortada. “Ahora tengo miedo de que mis hijas salgan a la calle. Sienten una sensación similar a la de la familia de Fernando (Báez Sosa), una impotencia y un dolor inconmensurable por la falta de defensa de su padre. No puedo creer lo que hicieron esos monstruos, eran varios”, lamentó.
Maira también describió la dificultad de lidiar con la situación y la necesidad de encontrar justicia para su marido. Asegura que varios testigos poseen videos del ataque y se ha solicitado su colaboración a la justicia. Además, se refiere al buen trato que han tenido de parte de la Cooperativa de Portuarios donde su marido trabajaba. “Ellos se portaron excelentes con nosotros”, dijo, agradeciendo su apoyo en este momento de dolor.
El proceso judicial
Por el momento, hay tres detenidos: un mayor y dos menores. Inicialmente, el mayor fue imputado por tentativa de homicidio, pero con el fallecimiento de José Calderón, la acusación seguramente se modificará a homicidio. Los menores permanecen detenidos en el ex Irar (Instituto de Reforma de Menores). La fiscalía está trabajando activamente para determinar la responsabilidad de cada uno de los implicados, esperando que el proceso permita esclarecer completamente los hechos.
La investigación continúa, recopilando testimonios y evidencias que puedan arrojar más luz sobre lo ocurrido aquella madrugada. Se espera que la nueva audiencia cambie la carátula de tentativa de homicidio a homicidio, con la correspondiente agravación de la pena para los implicados.
Un caso que conmociona y recuerda a la tragedia de Villa Gesell
La brutalidad del ataque a José Calderón recuerda inevitablemente al caso de Fernando Báez Sosa. En ambos casos, jóvenes atacaron brutalmente a una persona que intentaba mediar en una pelea o que simplemente se encontraba en el lugar equivocado. La violencia gratuita e indiscriminada es un problema social preocupante que exige una profunda reflexión.
La muerte de José Calderón nos interpela a la sociedad. Necesitamos entender cómo prevenir estos actos de violencia y asegurar que aquellos que la cometen sean llevados ante la justicia y reciban un castigo acorde a sus crímenes. Maira reclama justicia para su marido y para su familia, pidiendo un castigo ejemplar para los responsables. Este pedido exige un compromiso profundo de las autoridades judiciales, un trabajo profundo para generar conciencia sobre los valores de respeto y evitar que hechos como este se repitan.
Este caso, que recuerda las circunstancias del asesinato de Fernando Báez Sosa, pone nuevamente en la agenda pública el grave problema de la violencia juvenil y la falta de valores. La familia de José pide justicia y el compromiso de la sociedad para prevenir tragedias como esta.