Sebastián “Cholito” Bernabé, un hombre de 53 años, cuyo nombre resonaría en la tragedia, amaba recorrer los campos de Bahía Blanca en su moto enduro. Sin embargo, su cumpleaños número 53 depararía un destino trágico. Este año, el ‘Cholito’ se propuso un desafío diferente: cambiar la tierra por el asfalto en un viaje épico a Machu Picchu, Perú.
El viaje, planeado con un grupo de amigos, se iniciaría en Bahía Blanca. A bordo de su imponente BMW XR 1000 negra, una máquina que simbolizaba sus aspiraciones y el cambio que buscaba en su vida, Sebastián emprendería una travesía de más de 4.000 kilómetros. Pero el destino le tenía deparada una cruel ironía.
El martes 22 de octubre, día de su cumpleaños, el viaje se cortaría abruptamente en el kilómetro 4149 de la Ruta Nacional 40, en el paraje catamarqueño Pozo Verde, cerca de Hualfín. Un brutal choque contra un cerro marcaría el fin de su aventura, y de su vida.
Un legado familiar forjado en la tierra y el trabajo
La historia de “Cholito” está inextricablemente ligada a la de su familia, la cual ha tejido durante generaciones una historia profundamente arraigada en Bahía Blanca. Su historia se inicia con su abuelo, Calixto Bernabé, quien en 1928, con un espíritu visionario, dejó Rosario para abrir una sucursal de Casa Bromberg, dedicada a la venta de maquinarias agrícolas e industriales en la entonces floreciente ciudad portuaria del sur bonaerense.
Al cerrar Casa Bromberg, Calixto, sin desanimarse, fundó su propia ferretería agroindustrial en 1930. Esta ferretería, Casa Bernabé, crecería hasta convertirse en un pilar de la comunidad. La ferretería se fue expandiendo en diferentes sectores, desde madera e hierro, hasta llegar a los equipos de riego en 1994. Esta saga familiar, forjada en el esfuerzo y la perseverancia, continúa hasta la actualidad. Dos de los cuatro hijos de Calixto, Victor y Omar, continuarían con la tradición familiar
Hermanos unidos por la empresa y la vida
“Cholito” y su hermano Alejandro, conocido como “Cholo”, ambos licenciados, en Administración Agropecuaria (Sebastián) y Economía (Alejandro) respectivamente, continuaron con la tradición familiar en Casa Bernabé. Más allá del trabajo, su vínculo era profundo, una camaradería de hermanos que trascendía los negocios familiares. Compartían pasiones: los asados, los partidos de básquet, la vida misma.
Mientras Sebastián se inclinaba más hacia la parte industrial de la ferretería, Alejandro manejaba el sector de riego y la producción ganadera. Sus personalidades se complementaban, aún cuando, como cualquier familia, encontraban sus momentos de tensión. Pero la pérdida de “Cholito” ha dejado un vacío enorme en la vida de Alejandro, no sólo como socio en los negocios, sino también como amigo y hermano.
El trágico accidente en la Ruta 40
La tarde del 22 de octubre de 2024, a las 15:40, la travesía de “Cholito” y sus amigos por la Ruta 40 tomó un giro fatal. Se habían marchado el Día de la Madre desde Bahía Blanca, una caravana de siete motos. Sebastián, al detenerse en el camino, se quedó rezagado y en un intento por alcanzar a sus amigos aceleró con la esperanza de ponerse a su altura.
Sin embargo, la velocidad, estimada por los peritos en alrededor de 120 kilómetros por hora, sería su perdición en las curvas peligrosas y los precipicios que caracterizan el paisaje andino de Catamarca. El choque contra el cerro fue devastador: Sebastián perdió el casco, murió en el acto, la moto quedó hecha chatarra. La información policial indica que la causa de su fallecimiento fue la fractura de cuello, politraumatismos, y otros daños incluyendo la fractura de rodilla y hombro y un neumotórax.
El conductor de la camioneta de apoyo fue testigo de la tragedia. El hermano de Sebastián recuerda que el viaje tenía como destino final Cafayate, Salta donde el grupo celebraría el cumpleaños de Sebastián.
“Él era de andar en moto conmigo, pero en motos enduro, en el campo. Era la primera vez que hacía un viaje en asfalto. Esa moto se la había comprado a un amigo mío hace un mes y medio”, explicó Alejandro al diario Clarín, aún conmocionado por la pérdida.
Un final inesperado, un legado que continúa
La historia de “Cholito” es un relato conmovedor sobre la vida, la familia y la búsqueda de nuevas experiencias. La tragedia de su fallecimiento en las curvas de la Ruta 40 nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de disfrutar cada momento. En medio del dolor, la familia Bernabé se aferra a la memoria de Sebastián y a los valores que lo definieron: la perseverancia, el trabajo duro, y el amor por su familia y amigos. La empresa familiar continúa su legado, con la esperanza de que nuevas generaciones continúen con el trabajo.
La moto destrozada en Catamarca quedará como un triste símbolo de este trágico final, pero el legado de Sebastián Bernabé, “Cholito”, su familia, su trabajo y sus momentos compartidos seguirán presentes en quienes lo conocieron y apreciaron. Su nombre no se limitará a una noticia, sino que será un capítulo más, aunque doloroso, de la rica historia de la familia Bernabé.