La llegada de Javier Milei a la presidencia ha generado un escenario económico complejo en Argentina, con una marcada escasez de pesos que afecta directamente el flujo de caja de las empresas, particularmente las PyMEs. Una de las consecuencias más visibles de esta “seca” de pesos es la creciente preocupación por las demoras en la devolución de impuestos, incluyendo el crédito fiscal del IVA y los reintegros por exportaciones.
Retrasos en la devolución de IVA e impuestos a la exportación
Diversas industrias, especialmente aquellas con un perfil exportador, reportan demoras significativas en el pago de los créditos fiscales del IVA. En algunos casos, estas demoras se extienden por más de 60 días, generando un impacto negativo en el capital de trabajo disponible. La situación no es homogénea; mientras algunas empresas enfrentan dificultades significativas, otras no presentan inconvenientes. Sin embargo, la gran mayoría coinciden en señalar la dificultad de operar en este nuevo contexto.
Antes de la asunción del actual gobierno, los plazos de devolución del IVA y los reintegros podían extenderse hasta 180 días, un período que, aun siendo extenso, se toleraba medianamente bien dentro de un contexto inflacionario que hacía más lento, pero posible, lidiar con esos periodos de espera. Ahora, esos plazos se han acortado; si bien esto es favorable en términos de flujo de caja, los problemas se concentran en el hecho de que muchos de esos pagos simplemente no se concretan, generando un severo problema para las empresas.
El impacto en las PyMEs
Para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), estas demoras son particularmente problemáticas. La falta de liquidez afecta su capacidad de cumplir con sus obligaciones financieras, adquirir insumos, pagar salarios, y mantener su funcionamiento. Algunos testimonios indican que se espera la devolución de montos que oscilan entre $150 y $200 millones de pesos.
La situación se agrava al considerar el contexto de inflación y la volatilidad del mercado financiero. El alto costo del dinero en el mercado genera una presión adicional sobre las PyMEs que enfrentan dificultades para acceder a financiación y deben cubrir los costos de operación en pesos. Muchas empresas ya incorporan el IVA al precio de sus productos, anticipando los potenciales retrasos en su devolución. Esto las coloca en una desventaja competitiva en los mercados internacionales.
La creación de ARCA y sus consecuencias
La reciente creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), en reemplazo de la AFIP, ha introducido cambios estructurales y operativos que, según los analistas, podrían estar contribuyendo a las demoras en la devolución de impuestos. Los cambios en las estructuras internas y la reasignación de personal, conllevan ajustes necesarios que tardan en llevarse a cabo, generando estas consecuencias.
Si bien algunos funcionarios del gobierno aseguran que se está trabajando para acelerar los procesos de pago y que las demoras se deben a la necesidad de verificar cada caso de forma individual para garantizar la transparencia, las empresas temen que esto solo empeore el problema. A pesar de las declaraciones oficiales, el panorama real se muestra aún más complejo, generando desconfianza y preocupación en el sector empresarial.
El impacto del cambio en el impuesto a los Bienes Personales
A la problemática de la devolución de impuestos se suma la actualización del mínimo no imponible del impuesto a los Bienes Personales. Para el ejercicio 2024 este mínimo se ha incrementado significativamente, pasando de $100 millones a $292.9 millones. Si bien esto supone un alivio para muchos contribuyentes, algunas empresas deben recalcular sus anticipos y evaluar la posibilidad de solicitar reducciones.
Esta actualización puede implicar un reajuste en la planificación financiera de las empresas, generando una carga administrativa adicional en un momento donde la prioridad se centra en la gestión del flujo de caja y la estabilidad financiera. La incertidumbre respecto al nuevo régimen fiscal agrega un nivel extra de complejidad y potencial para errores en la declaración impositiva.
Perspectivas y desafíos para el futuro
La situación de las PyMEs en Argentina se presenta como un desafío complejo, marcado por una fuerte escasez de pesos y la falta de acceso a fuentes de financiación asequibles y en los plazos necesarios para operar. Las empresas que dependen de las exportaciones necesitan un flujo de caja constante y confiable para mantenerse operativas. La solución no solo pasa por acelerar la devolución de impuestos, sino también por revisar a fondo la estructura impositiva del país, procurando generar las condiciones que faciliten el desarrollo de las empresas, incluyendo la transparencia y agilidad en los procesos administrativos, sin la necesidad de llegar a este escenario de falta de pesos y necesidad de recalcular estrategias para solventar el impacto.
En definitiva, el gobierno argentino deberá adoptar políticas y medidas que mitiguen el impacto de la “seca” de pesos, solucionando los problemas de liquidez de las empresas y mejorando la previsibilidad en la aplicación y devolución de los impuestos para que las PyMEs puedan afrontar con mayor certeza sus obligaciones y contribuir al crecimiento económico. Sin esto, el futuro se muestra incierto y lleno de incertidumbre para las empresas argentinas, afectando también al sector exportador y generando una mayor complejidad para competir internacionalmente.