En el marco del Día de la Militancia peronista, la expresidenta Cristina Kirchner encabezó un acto político en Santiago del Estero. Este evento, el primero fuera del conurbano bonaerense tras su condena en la causa Vialidad y su asunción como titular del Partido Justicialista, se convirtió en un escenario para desafiar su condena y arremeter contra el presidente electo, Javier Milei.
Una entrada con ritmo y mensaje
La escena estuvo ambientada por la canción “Fanático” de Lali Espósito, tema que contiene claras referencias al nuevo gobierno. Kirchner ingresó al escenario al ritmo de la música, incluso bailó y cantó algunos versos, junto a figuras políticas locales, tales como el gobernador Gerardo Zamora, la senadora Claudia Ledesma Abdala, y el líder del PJ santiagueño, José Emilio Neder. Esta peculiar entrada significó una declaración política en sí misma, utilizando un lenguaje accesible y moderno para conectar con el público.
Este accionar no es una estrategia única para atacar al actual gobierno. En el pasado mes de octubre, estudiantes de la UNA llevaron a cabo una performance similar en la estación de Once, en rechazo al veto del presidente a una ley de financiamiento.
Desafío a la condena y críticas a Milei
Kirchner, durante su discurso, confrontó abiertamente la condena judicial, afirmando estar dispuesta a pagar el ‘castigo’ que, en sus palabras, le quieren imponer. Aseguró que no se arrepiente de nada y que la condena es una represalia política por las decisiones tomadas durante sus gobiernos. “No me lo van a perdonar nunca y las condenas y la proscripción son el vuelto de esas decisiones”, expresó en uno de los pasajes más contundentes de su discurso.
Además, apuntó sus críticas contra Milei, en un discurso que combinó un recorrido por la historia económica argentina y las políticas peronistas con acusaciones contra el nuevo gobierno. Lo describió como un ‘payaso’, un ‘koala montado arriba’, humillante para los argentinos. También criticó la decisión de Milei de cambiar nombres de edificios e instituciones que llevan el nombre de referentes históricos del peronismo como Néstor Kirchner y Eva Perón.
Contexto interno del peronismo
El acto en Santiago del Estero adquiere mayor significado por el contexto de tensiones internas dentro del peronismo. Se habla de una creciente autonomía del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien no estuvo presente en el acto, a pesar de haber expresado su solidaridad con Cristina Kirchner tras el fallo judicial. Este distanciamiento genera fricciones con sectores kirchneristas que ven en Kicillof una amenaza potencial para su liderazgo.
Esta falta de apoyo por parte de Kicillof se suma a la ausencia del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, generando más especulaciones sobre posibles fracturas dentro del peronismo. La presencia de figuras clave como Wado de Pedro, Oscar Parrilli, José Mayans y Juan Manzur refuerza, en cambio, la postura de Cristina Kirchner y sus aliados más cercanos.
Una estrategia política con miras al futuro
El acto en Santiago del Estero representa un puntapié inicial para la activación del peronismo en el interior del país, donde Cristina Kirchner busca reavivar su apoyo tras meses concentrados en el conurbano bonaerense. Su discurso apuntó a consolidar su liderazgo dentro del partido, mientras simultáneamente establecía una postura opositora al gobierno de Javier Milei, anunciando la posible iniciación de una estrategia política frente al nuevo gobierno.
La fuerte presencia de militantes peronistas, la elección del lugar, y la misma elección de la canción, muestran claramente que el objetivo del evento fue lograr mayor visibilidad, comunicar las preocupaciones y tensiones del partido, y lanzar señales de una posible movilización política para las elecciones venideras. En el futuro, queda por ver si esta estrategia será efectiva para reconstruir el apoyo político, contener posibles deserciones dentro del partido y consolidar el espacio político liderado por Cristina Kirchner.
Un acto cargado de simbolismo y desafío
El acto de Cristina Kirchner en Santiago del Estero fue mucho más que un simple evento político; fue una demostración de fuerza y una declaración de intenciones. Su desafío frontal a la condena, su ataque directo a Milei, y el contexto interno del peronismo configuran un panorama complejo con importantes implicancias para el futuro de la política argentina.