Irán ha lanzado una advertencia sobre el tiempo limitado para retomar las negociaciones sobre su programa nuclear, afirmando que la ventana de oportunidad para un nuevo acuerdo es “limitada”. El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, subrayó la urgencia de la situación, señalando la fecha límite de octubre de 2025, cuando vence la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, relacionada con el pacto nuclear de 2015.
Contexto del anuncio iraní
El anuncio de Araqchi llega en un momento crucial. La resolución 2231, que avalaba el acuerdo nuclear de 2015, está próxima a expirar. Este acuerdo, firmado entre Irán y las seis grandes potencias mundiales (EEUU, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Alemania), buscaba restringir las actividades nucleares iraníes a cambio del levantamiento de sanciones internacionales. Sin embargo, la salida de Estados Unidos del pacto bajo la administración Trump en 2018, seguida de la reimposición de sanciones unilaterales, ha generado una gran tensión.
Desde entonces, Irán ha intensificado su programa nuclear, enriqueciendo uranio por encima de los niveles permitidos, lo cual ha incrementado las preocupaciones internacionales sobre las ambiciones nucleares de Irán. La reciente victoria electoral de Trump ha reavivado el temor a una posible vuelta a la “política de máxima presión”, lo que podría aumentar la presión sobre Irán y dificultar aún más las negociaciones.
Las implicaciones de no alcanzar un acuerdo
Araqchi ha advertido de las consecuencias de no lograr un nuevo acuerdo antes de la fecha límite: una “situación crítica” y la posibilidad de que los países europeos activen el mecanismo de disputa del acuerdo nuclear de 2015. Esto significaría la reimposición de sanciones internacionales contra Irán, lo que impactaría significativamente su economía ya debilitada.
Además, el ministro iraní ha aclarado que el acuerdo de 2015, en su forma actual, ya no es viable. Para Irán, el acuerdo ya no se corresponde a la realidad actual y no es viable en su formato original, debido a las acciones de EEUU y a la situación geopolítica. Se necesitaría un nuevo pacto que tenga en cuenta la situación actual y los cambios experimentados por las partes involucradas.
La visita de Rafael Grossi y las relaciones internacionales
La declaración de Araqchi llega días después de la visita del director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, a Irán. Grossi visitó dos instalaciones nucleares iraníes, Natanz y Fordow, en un intento de impulsar el diálogo y la transparencia sobre el programa nuclear iraní. Si bien la visita sugiere un pequeño acercamiento, las relaciones siguen tensas, principalmente por la reticencia de Irán a permitir la plena verificación de sus actividades nucleares.
Las preocupaciones de la comunidad internacional se centran en la posibilidad de que Irán desarrolle armas nucleares, aunque Grossi ha aclarado que actualmente no existen evidencias de ello. Sin embargo, el enriquecimiento de uranio a niveles elevados es visto como un paso preocupante hacia dicha posibilidad. Las negociaciones, pues, se tornan cruciales para evitar una escalada y mantener una relativa estabilidad en la región.
Posibles escenarios futuros
El escenario más optimista implica un acuerdo que se base en el pacto de 2015 pero con modificaciones para adaptarse a las nuevas realidades geopolíticas. Este acuerdo debería incluir un compromiso firme de Irán a frenar su programa nuclear, junto a una flexibilización gradual de las sanciones por parte de Occidente. Sin embargo, las perspectivas son complejas debido a la falta de confianza entre las partes.
El escenario pesimista, por el contrario, implica una falta de acuerdo. Este escenario llevaría a una nueva escalada de tensión, un refuerzo del programa nuclear iraní, una reimposición de las sanciones y un mayor riesgo de conflicto en la región. En un escenario de máxima tensión, las actividades nucleares de Irán podrían avanzar significativamente, creando una crisis internacional de gran envergadura.
Un futuro incierto
Las declaraciones de Irán dejan claro que el tiempo se agota para revivir el acuerdo nuclear. La ventana para la diplomacia está abierta, pero estrecha. La cooperación entre Irán y Occidente resulta esencial para evitar un futuro incierto y altamente riesgoso, tanto para Irán como para la estabilidad de la región. La falta de un acuerdo podría tener consecuencias globales devastadoras, agravando la inestabilidad en Oriente Medio y con potenciales efectos económicos y geopolíticos impredecibles.