La cumbre del G20 en Río de Janeiro se presenta como un escenario de alta tensión geopolítica, marcado por el inminente cambio de administración en Estados Unidos y la creciente polarización ideológica entre el Norte y el Sur Global. La salida de Joe Biden y la llegada de Donald Trump al poder prometen un reacomodo significativo en las alianzas internacionales y en la agenda global. Este análisis profundiza en las tensiones esperadas, prestando especial atención al rol del presidente argentino, Javier Milei, y su confrontación con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
El ocaso de Biden y el ascenso de Trump: un punto de inflexión
La presencia de Joe Biden en la cumbre del G20 en Río de Janeiro marcará su última participación en un foro internacional de esta magnitud antes de dejar la Casa Blanca. Su objetivo principal será impulsar la cooperación entre países para abordar desafíos como la pobreza, el cambio climático y el endeudamiento de las naciones en desarrollo. Sin embargo, la sombra de su sucesor, Donald Trump, planea sobre la cumbre. El triunfo electoral de Trump ha generado incertidumbre entre los aliados de Estados Unidos, muchos de los cuales se muestran preocupados por sus políticas proteccionistas y su visión aislacionista.
El repliegue del multilateralismo impulsado por la agenda “America First” de Trump plantea un desafío considerable al orden mundial establecido. Los países del Norte Global, especialmente los aliados europeos, observarán con recelo las posibles consecuencias del cambio en la política exterior estadounidense, particularmente en relación a Rusia, Ucrania y China. Se espera una mayor polarización en temas como el apoyo a Ucrania, el enfrentamiento en el Indo-Pacífico y el debate sobre sanciones económicas.
El Sur Global busca posicionarse: una nueva configuración de poder
En medio de esta incertidumbre, el Sur Global buscará aprovechar el cambio de poder en Estados Unidos para fortalecer su influencia en el G20. Brasil, bajo la presidencia de Lula da Silva, se prepara para liderar este esfuerzo, articulando posiciones comunes con otros países del Sur como Sudáfrica (que asumirá la presidencia del G20 en 2025), Rusia, China, India y México. Este grupo busca impulsar una agenda propia en áreas como la lucha contra el hambre y la pobreza, la mitigación del cambio climático y la reforma del sistema financiero internacional.
La iniciativa ‘Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza’, impulsada por Brasil, representa un intento por establecer una narrativa y una agenda común para los países del Sur. Sin embargo, esta iniciativa se encontrará con la probable resistencia de los países del Norte Global, particularmente aquellos con mayor escepticismo respecto a las políticas fiscales progresistas y a las medidas para combatir el cambio climático. La tensión entre ambos bloques se exacerbará, especialmente en cuestiones económicas y comerciales.
El choque ideológico: Milei, Lula y la nueva polarización
El G20 de Río será escenario de un enfrentamiento ideológico entre el presidente de Brasil, Lula da Silva, y el presidente de Argentina, Javier Milei. Milei, reconocido admirador de Trump, representa una línea política ultraderechista que desafía el consenso multilateralista y contrasta fuertemente con la agenda progresista de Lula. Sus posiciones contrarias a la acción climática y sus críticas al multilateralismo podrían generar confrontaciones durante la cumbre.
El choque entre Milei y Lula da Silva trascenderá el ámbito bilateral. Representa una batalla por la configuración ideológica del nuevo orden mundial, con implicaciones significativas para América Latina. Milei buscará forjar alianzas con otros líderes de ultraderecha a nivel global, mientras que Lula intentará consolidar una alternativa progresista frente al auge del populismo de derecha. El éxito de ambos líderes en esta disputa definirá el panorama ideológico del subcontinente y tendrá repercusiones en el escenario político global.
El futuro del G20 en la era post-Biden
La cumbre del G20 en Río de Janeiro marcará el inicio de una nueva era para el foro, caracterizada por una mayor fragmentación geopolítica e ideológica. La salida de Biden y el ascenso de Trump han abierto una ventana de oportunidad para el Sur Global, aunque también han intensificado la confrontación ideológica en el seno del foro. El resultado de este choque dependerá, en gran medida, de la capacidad de los líderes mundiales para negociar y encontrar consensos, a pesar de las profundas diferencias políticas y económicas.
La capacidad de Brasil y Sudáfrica para liderar una agenda alternativa en el Sur Global resultará crucial para evitar un colapso del G20. La ausencia de Vladimir Putin y las tensiones entre Estados Unidos, China y Rusia también contribuyen a este escenario incierto. Se espera un G20 marcado por un intenso debate, profundas divisiones, y pocas posibilidades de alcanzar acuerdos concretos en las áreas más conflictivas.
El G20 de Río de Janeiro será recordado como un hito en la transición hacia un orden mundial multipolar, en donde el impacto del cambio de gobierno en Estados Unidos, y el contraste ideológico entre los líderes mundiales, dejará una profunda huella en el funcionamiento y las decisiones del foro. El auge del Sur Global será una de las grandes variables a analizar en los años venideros, ya que los países en desarrollo buscan una mayor participación en la gobernanza global. El choque ideológico entre Lula da Silva y Javier Milei simboliza el debate crucial que se desarrollará en esta era de transición geopolítica.