El mercado de commodities agrícolas presenta un panorama complejo y contrastante para el año 2025. Mientras el maíz muestra una tendencia al alza en Argentina, a contramano de lo que sucede en Chicago, la soja exhibe un comportamiento bajista, tanto a nivel local como internacional. Este análisis profundiza en las causas detrás de estas divergencias, considerando los datos de producción, importación y exportación de ambos granos.
El Maíz Argentino: Una Historia de Dos Mercados
A finales de agosto de 2024, los precios del maíz en Chicago alcanzaron su mínimo en 18 meses, cotizándose a US$ 160 la tonelada. Sin embargo, esta tendencia bajista se revirtió rápidamente. Entre el 26 de agosto y el 2 de octubre, el mercado experimentó un cambio de tendencia alcista, cerrando a US$ 176 la tonelada, un aumento de US$ 16. Desde entonces, los precios se mantuvieron volátiles, con oscilaciones entre bajas y alzas, para finalizar el 14 de noviembre en US$ 170.
Curiosamente, el mercado argentino del maíz no siguió la volatilidad de Chicago. El maíz futuro de nueva cosecha para abril de 2025 cotiza alrededor de US$ 180. El maíz FOB Up River se cotiza a US$ 209 para embarques inmediatos (vieja cosecha) y a US$ 206 para la nueva cosecha (abril 2025). La escasa diferencia de US$ 3 entre los precios de la cosecha nueva y la disponible, considerando que faltan cinco meses para la cosecha, indica una firmeza inusual en el mercado argentino.
Factores que Influyen en la Firmeza del Maíz Argentino
La reducción en el estimado de producción de maíz estadounidense por parte del USDA (de 386,2 millones a 384,7 millones de toneladas) ha contribuido, en parte, a la firmeza del precio. Sin embargo, esta baja se compensa con la disminución en las importaciones de maíz por parte de China (de 19 a 16 millones de toneladas). En consecuencia, el balance global de oferta y demanda de maíz no ha experimentado cambios sustanciales.
Por otro lado, la significativa baja de 6,6 millones de toneladas en las exportaciones de Ucrania (de 29,6 millones en 2024 a 23 millones en 2025) ha afectado la oferta global. Este déficit se compensa parcialmente con el aumento de las exportaciones de Argentina (de 34 a 36 millones de toneladas) y Brasil (de 44 a 48 millones de toneladas). Esta dinámica del mercado internacional apoya la sólida posición del maíz argentino en el mercado.
La Soja: Un Panorama Bajista
A diferencia del maíz, la soja muestra una tendencia claramente bajista. El precio de la soja en Chicago tocó su mínimo en 24 meses el 16 de agosto, cerrando a US$ 370 para la posición de mayo de 2025. Aunque experimentó un repunte a US$ 406 el 27 de septiembre (un aumento de US$ 36), esta subida fue efímera. Para el 14 de noviembre, el precio había caído a US$ 374, borrando casi todas las ganancias previas.
En el mercado argentino (MATBA-ROFEX), la soja para mayo de 2025 se mantuvo estable en US$ 287 entre finales de octubre y el 14 de noviembre, mostrando una resistencia a las fluctuaciones de Chicago. Esta divergencia entre los mercados de Chicago y Argentina se debe a factores fundamentales de oferta y demanda. En el caso de la soja, el factor determinante es el exceso de oferta.
El Impacto de las Cosechas Récord
La fuerte presión bajista en el precio de la soja se explica por la expectativa de dos cosechas récord simultáneas: Brasil, con una producción estimada de 169 millones de toneladas, y Argentina, con un potencial de alcanzar 55 millones de toneladas. Esta abundancia de soja en el mercado global presiona los precios a la baja, independientemente de las fluctuaciones en otros mercados.
Mercados Divergentes, Perspectivas Contrastantes
En resumen, el mercado de granos para 2025 muestra un comportamiento divergente entre el maíz y la soja. El maíz argentino se mantiene firme debido a factores como la reducción de la producción en Estados Unidos y la disminución de las exportaciones ucranianas, compensados por el aumento de las exportaciones argentinas y brasileñas. Por el contrario, la soja enfrenta una fuerte presión bajista a causa de la abundancia de cosechas récord en Brasil y Argentina. Esta situación demanda una constante vigilancia del mercado y un análisis profundo de los factores que pueden afectar las proyecciones futuras de precios.